Parte I

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Krist miraba como el hombre corregía los exámenes recientemente entregados. Su cara era neutral al revisar cada escrito, hasta parecía que no pestañeaba , no mostraba ninguna expresión y eso a Krist le desesperaba.

El castaño sabía que el 90% del curso había aprobado porque estaban al tanto de la existencia del examen, además con este profesor, es específico, todos estudiaban para pasar su materia porque nadie quería ir a rendir con el formidable profesor Singto Prachaya. El otro 10% con suerte sacaría un cinco y Krist se hallaría dentro de este último porcentaje, pero ¿Por Qué? Krist no era un chico descuidado en sus estudios, al contrario, estudiaba y con mucho esfuerzo porque tampoco quería llevarse la materia del Profesor Prachaya, pero para su mala suerte, la clase anterior, donde el docente había anunciado que habría un examen, el mismo había echado a Krist de su clase porque este supuestamente había estado distraído. Por ende Krist no supo nada del dichoso examen hasta que hoy el profesor los mandó a sentarse de a uno y empezó a repartir tres largas hojas llenas de consignas.

¿Por Qué sus compañeros no le habían avisado del examen? El profesor les había dicho a todos sus alumnos, cuando Krist salió, que, el que lo hacía, reprobaría. — El joven Perawat tiene que aprender a respetar mi clase —  eso dictaminó y nadie, ni los mejores amigos del castaño, se animaron a desobedecer al profesor Prachaya.

— Perdón Kit, pero tú puedes recuperar esta materia mejor que yo —  Dijo Tay cuando el castaño lo miró furiosamente desde el frente de la clase, sentado solitariamente. Todos todavía seguían sin compañero de banco y el desgraciado del profesor lo había hecho sentarse frente a su escritorio, literalmente a centímetros de él. 

— Tienes más futuro que yo Krist, así que este examen no lo podía desaprobar —  quiso decirle Off cuando Krist lo examinó desanimado.

El menor bufó rindiéndose amargamente, era obvio que sus amigos no tenían la culpa, el profesor lo había planeado todo. Volvió su vista al mayor, que justo había tomado una nueva hoja para corregir y Krist pudo ver su nombre en la punta izquierda de esta. Se acomodó rápidamente.

Necesitaba un cinco como mínimo, para que su promedio le diese y así poder aprobar este trimestre. Sus notas con el profesor Prachaya variaba de cinco hasta siete, jamás pudo obtener siquiera un ocho. Esto no pasaba con las demás materias, con las demás tenía más de ocho, nueve hasta incluso diez, por eso creía que Prachaya lo odiaba. Esto, de alguna manera, lo hacía sentirse triste.

El profesor Prachaya lo odiaba, mientras que Krist en secreto, lo amaba.

Verdaderamente se esforzaba mucho para tener buenas notas en su materia, quería que Prachaya se sintiese orgulloso de él.

La anterior clase no es que él no estaba prestando atención, lo hacía, pero al hacerlo se quedó más del tiempo necesario observándole y esto hizo que su corazón latiera muy, muy, muy rápido y, como no quería que sus mejillas enrojecidas lo delatase, se había quedado en blanco, mirando un punto en su mesa mientras movía con su mano un lápiz de aquí para allá, tratando de pensar por un segundo en cualquier otra cosa que no fuera él. Pero el profesor, como siempre, lo había malinterpretado todo y lo echó de la clase, humillandolo de la peor manera.

Krist a veces se preguntaba ¿Cómo es que podía querer a alguien como él? No lo sabía, simplemente estaba enamorado y quería ser mejor persona por él, pero ¿Cómo serlo si esa misma persona, por la cual querías mejorar, era la que te hundía cada vez más en una infinita tristeza y miseria?

Hacía como cinco minutos que el Profesor Prachaya tenía la prueba de Krist en manos, la leía y leía sin ninguna expresión. Krist había contestado lo que pudo y creyó que estaba bien, tratando de acordarse lo que el mayor había explicado en clases. Al llegar a la hoja donde se debía de poner la calificación, el menor tuvo un deje de esperanza, pero toda esta se derrumbó al ver cómo el Profesor Prachaya levantaba, con paciencia, su vista y lo miraba fijamente. El corazón de Krist paró en seco, eran pocas las veces que hacían contacto visual. Pero no solo lo miró, sino que le sonrió, no la sonrisa que Krist siempre quiso que se la dé, sino una sonrisa arrogante y burlona. El menor se sintió una basura, básicamente su profesor lo estaba rebajando mientras movía su cabeza en desaprobación. Quiso llorar, pero solo pudo bajar su cabeza derrotado, reclamándose a sí mismo no poder ser mejor, nunca lo sería.

Profe [SingtoxKrist]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora