Historias Cruzadas [BNHA]

El dia que te conocí.

Detalles de la historia

× Omegaberce
×Katsudeku
×dolor
×lagrimas
×sin quirk
Espero que traigan sus pañuelos y disfruten es para ustedes mis  criaturas ^^

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La noche era fría y oscura, no se veía la luna deslumbrar en la cúspide del manto celestial. La fría brisa mezclada con el salitre que bailaba recorriendo la desolada playa que me golpeaba el rostro; estaba sentado mirando el lejano horizonte escuchando de fondo las imponentes olas chocar contra la costa, sentía la suave arena que me acogía a esas horas de la madrugada como un manto de conformidad, jugaba con ella en mis manos sintiendo como se escurría entre mis dedos, como la vida de los ojos de la persona que amaba lo hizo con migo.

Mis ojos ya no derramaban más lágrimas de las que llore la primera vez, no me mortifique por esconderlas de nadie tampoco, ya nada me importaba. Me sentía vacío y solo, tan solo que, hubiera deseado irme con él  cuando ocurrió aquel accidente que lo arrebato de mi lado.

En mis pensamientos solo podía encontrar dolor y sufrimiento, siento como mi pecho se apretaba al recordar cómo me sentí ese día, sintiendo de nuevo mis lágrimas correr por mis mejillas,  las deje correr. Estaba destrozado, lo que más había amado en el mundo ya no estaba a mi lado.

Recordé la primera vez que le mire, sintiéndome más miserable al recordarle y no tenerle, me deje caer en la arena de la playa que era tan suave y reconfortante; sintiendo mis ojos arder y el cómo me ahogaba con mis propias lágrimas. Prefería morir a seguir sintiéndome así, caí en la inconsciencia sintiendo como mi cuerpo se relajaba cayendo dormido en la arena de aquella playa.

14 años atrás…   

El otoño traía sus frías ventiscas a Japón ese año, aquel seria el más frío que había visto desde que era pequeño; pero no me importo mucho gracias  a mi condición de alfa mi cuerpo produce el calor necesario para que no sufra de frío, salí de mi departamento con mi cazadora y cámara en mano, sin que me importara lo que habían dicho por televisión de quedarse en casa por las fuertes ventiscas y las lluvias torrenciales que golpearon la ciudad ese frío otoño.

Era la mejor época del año para tomar mis fotografías sin que las personas que recorrieran el lugar preguntaran si era fotógrafo. Me calaba cuando lo hacían. ¡Maldición! si vez a una persona en la calle con una cámara concentrado en su labor ¿porque mierdas vas y le preguntas algo tan absurdo como eso? ¿No tenían a alguien a quien molestar aparte de a mi? 

Camine por las desoladas calles encontrando muy pocas personas que salían a caminar a esa hora de la mañana, bueno no todos se despiertan a las 6:00 de la mañana un domingo para salir a caminar, yo lo hago porque me encantaba mi vocación. El solo hecho de ser fotógrafo me hacía sentir orgulloso de lo que podía lograr con una cámara un buen enfoque, balance y una buena iluminación. Era el trabajo de mi vida eso me motivaba a seguir y hacer de una fotografía en un recuerdo único y hermoso que perduraría años en la memoria de las personas que lo vieran.

Recuerdo como obtuve mi primera cámara a los 12 años, era una cámara de fotos instantáneas la gane en una feria, recuerdo como llegue emocionado y eufórico a mi casa enseñándole a mi madre lo que había conseguido, ese día le tome fotografías a toda mi familia y si que fueron muchas fotos al tener una familia muy numerosa, tanto que llegue a pensar que se acabaría el rollo en cualquier momento.

Reí por mis pensamientos enfocando cuando llegue a mi lugar favorito de aquel parque -que hoy estaba casi vacío.- muy pocas personas caminaban por allí abrigadas a causa de la ventisca mañanera, llegando a aquella parte del parque que casi siempre estaba desolada; encontrando una banca de cemento bajo de un gran árbol de sakuras que con la ventisca dejaba mover sus ramas  en un baile lento, suave y melancólico invitándome a sentarme en aquella banca que siempre permanecía sola. Pero ese día no era así.