Capitulo 3

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Llegue al departamento. Deje mis cosas caer sobre la mesita a lado de la puerta, seguido de mis tacones y los deje caer al suelo.

- Bueno, Evan lleva tus cosas al cuarto ya sabes cual es el tuyo. - sonreí de lado, el asintió y camino al pasillo, escuche la voz de Jack y la de Evan.

Camine a la cocina tomando un vaso del mueble y saque el agua fría del refrigerador me serví un poco y le di un gran trago. Jack apareció riendo en el pasillo y se acerco a mi dándome un beso.

- ¿Se quedará Evan? - dijo y me volvió a besar.

- Si, me llamo esta tarde. - se separo de mi y se sirvió agua. - No se cual sea la razón clara pero de lo que estoy segura es que aquí dormirá unos días. Espero y no te moleste.

- Para nada, este también es tu departamento y yo quiero mucho a Evan. - sonreí la voz de Evan se escucho en el pasillo y después apareció el.

- Jack, ¿jugamos un rato?

- Claro, juguemos, pero si te gano...- paso por un lado mío y con su mano rozo un poco mis pompis a lo que se sobresalte pero lo disimule. - Yo pido la cena y si tu ganas tu la pides, ¿vale?

- Vale. Pero ya cenamos, en la casa de mis padres. -

- Ah, entonces la cena de mañana, ¿te parece? - Evan asintió y ambos se pusieron a jugar yo aproveche para ducharme y revisar unas cuantas cosas.

Los gritos y las risas se escuchaban en todo el departamento y era agradable, una sensación linda inundaba mi ser y era muy satisfactoria. Mi teléfono volvió a sonar pero estaba en la ducha y no alcance a responder, pero era el mismo numero de la tarde, me quede mirando la pantalla con el cabello mojado y solo con la toalla enrollada en mi cuerpo, volví al baño para terminar de vestirme pero ese numero no me dejaba tranquila, ¿Quién será?

Me coloque la pijama y salí a la sala para ver como iban los chicos.

- ¡Si! ¡Te gane! - grito Evan emocionado, Jack se echo para atrás llevando sus manos a su rostro en forma de derrota. - Me toca elegir la cena mañana.

- Si, ese fue el trato. - sonrio. - Ahora ve a cambiarte para dormir.

Mi hermano se levanto del sillón para ir al cuarto, me senté a un lado de Jack y lo bese mientras Evan no estaba.

- ¿No tienes hambre? - dije entre sus labios.

- No, bueno lo único que se me antoja en estos momentos eres tu pero...hay compañía. - lo ultimo lo dijo en susurro a lo que los dos reímos. - Vamos a dormir.

Pase al cuarto que teníamos especialmente para el, estaba acostado en la cama con un libro. Me acerque y me senté en la orilla de la cama.

- ¿Listo para dormir? - dije mirándolo, el asintió y sus ojitos azules ya se miraban muy cansados. - Bien, déjame arroparte.

Me levante y subí la cobija hasta su pecho, bese su cabello y apague la luz, pero Evan me tomo de la mano y me detuvo.

- ¿Podrías quedarte un rato? - una punzada en mi pecho me hizo recordar cuando éramos mas pequeños.

- Claro que si. - me acosté aun lado de el y me tape un poco con la cobija lo abrace y lo pegue a mi lo que mas pude. - ¿Todo bien en casa? - pregunte de nuevo.

- Si, elsa todo bien, solo te extraño. - su voz un poco ronca sonaba triste. - Tengo miedo.

Eso activo en mi una alarma, asi que lo mire y sin soltarlo solo espere.

- ¿De que? -

- Del tío George, a veces tengo pesadillas, en las cuales el esta con nosotros en ese cuarto, en esa casa. - su voz comenzó a quebrarse.

- Tranquilo, tranquilo. - lo abrace mas. - El no podrá hacernos mas daño, el esta en la cárcel, ¿recuerdas? -

- Si, lo se.

- Mientras yo este aquí nadie te hará daño, nadie. - Evan se levanto y se separo de mi para mirarme.

- Jamás te eh dado las gracias por cuidarme y protegerme durante ese tiempo, hermana, de verdad que eres muy fuerte y valiente...- mi corazón se apretujo y trate de no llorar. - Eres la mejor hermana del mundo.

Se volvió acomodar en mis brazos y mis ojos derramaron las lagrimas. Bese su cabello y me quede en silencio mirando por la ventana la gran luna frente a mi. Por mi mente pasaron miles de recuerdos que yo juraba olvidados, enterrados y ya no les llevaba flores. Pero hay cicatrices que nadie puede ver, hay heridas que no sangran, hay lagrimas que no mojan y gritos que no hacen ruido. Y eso es lo mas difícil de esta vida tan mierda que lamentablemente algunos les toca vivir.

Cuando Evan se quedo dormido me levante y lo cobije, me fui a mi habitación Jack ya estaba dormido, me acosté en la cama sin hacer ruido pero Jack me sintió y rodeo mi cintura con sus brazos desnudos. Cerré los ojos y deje que el sueño me dominara.

Al día siguiente Evan tenia clases, yo y Jack teníamos trabajo entonces comenzamos el día desde muy temprano.

- ¿Mamá te mandaba algo? - lo mire mientras terminaba de llevar los platos al fregadero.

- A veces, me mandaba un sándwich y jugo y fruta. - asentí - pero hoy no quiero, comeré algo en la cafetería.

- ¿Seguro? - el asintió y tomo su mochila.

- Bueno, vámonos. - tome mis cosas.

Bajamos los tres hasta el estacionamiento, me despedí de Jack con un beso y Evan con un choque de puños. Cada uno subió a su auto y nos tomamos nuestros caminos. Mi teléfono sono era Anna, la secretaria de John, mi jefe.

- Dime, Anna. - puse el altavoz mientras manejaba.

- ¿Elsa, llegaras tarde? - doble la calle y pare en un semáforo en rojo.

- Si, bueno unos minutos tan solo, le avisas a John por favor, dile que llevare a mi hermano a la escuela pero no tardo. -

- De acuerdo, con cuidado.

- Gracias Anna.

Colgué y seguí mi camino. La música en mi auto no puede faltar y cada semana ponía un genero distinto, tocaba reggaetón adoro ese tipo de música con sonidos latinos y aunque no conozco mucho me gustaría algún día viajar a esos lugares. En las bocinas sonaba la canción de Yandel Diablo en mujer.

- Yo soy el diablo en mujer...- cante la canción bajo mientras me dejaba llevar por el sonido, la ventaja de hablar español es que podía cantarla bien, bueno un poco.

Llegamos a la escuela y deje a Evan y le di dinero para el receso.

- Pasare por ti y si no Jack, ¿okey? suerte.

El entro y yo me fui rápido al trabajo. Llegue en menos de diez minutos ya que quedaba cerca mi trabajo.

Literalmente corrí por los pasillos llenos de gente que vienen y van con carpetas y papeles, casi choco con una chica con un gran bulto de ropa, tome el ascensor a tiempo, cuando por fin llegue volví a correr y llegue casi sin aire a mi escritorio, Anna se acerco a mi y me dio una botella de agua.

- El jefe quiere hablar contigo. - lo que me faltaba.

Que dios me ayude.

Enamorado De Elsa Arendell 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora