VIII

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Kathleen

Estoy durmiendo en la misma cama que mi mejor amigo... ¡Estoy durmiendo en la misma cama que mi mejor amigo! Cualquiera diría que se aprovecha de mi situación, pero yo no lo veo así, el sí es bueno.

Desperté ya que tengo muchas ganas de hacer pipí, así que con toda la delicadeza que puedo, salgo al baño; después de hacer mis necesidades, regreso al cuarto, veo la hora: 5:42 AM, sé exactamente que tan lejos queda la universidad, así que me apresuro a buscar y ponerme la ropa que usaré hoy.

Voy a la cocina donde ya se encuentra Xio preparando el desayuno.

―Buen día, mami. ―Saludo.

―Buenos días, Kathe, ¿Dormiste bien? ―Pregunta dándome un vaso de jugo.

―De maravilla, su hijo es muy bueno conmigo. 

―Si que lo es, ¿Te importaría ir a despertarlo? Ya está el desayuno.

―Claro. ―Voy de vuelta al cuarto. Charly aún  está dormido, me acuesto a su lado y muerdo un poco su mejilla.

―Argus, déjame en paz. ―¿Argus?¿Cree que soy el perro? Vuelvo a morder su mejilla ahora más fuerte; me toma por la cintura haciendo que quede sobre el y abre los ojos. ―Eh... Tú no eres Argus.

Siento algo crecer debajo de mi. ―¿Torre Eiffel? ―Señalo hacia abajo.

―Bájate por favor. ―Suplica avergonzado.

Cierro mis ojos intentando salir de la habitación, me golpeo la frente con la puerta. ―Lo siento, el desayuno ya está listo.

―Voy en un momento. ―Dice con gracia. Una vez fuera recargo mi espalda en la puerta y me río de mi estupidez.

―Siéntate, ya te sirvo. ―Hago lo que indica Xio.

―Charly ya viene, aún estaba dormido. ―Sonrío. ―Disculpa, Xio; ¿Dónde está Argus? 

―Ay Kathe. ―Sonríe. ―Argus ya es un perro viejo, en este momento se encuentra en el patio, durmiendo; lo hace casi todo el día.

―Oh, no lo sabía. ―Digo apenada.

―Kathe, aquí estás, creí que ya habías salido corriendo. ―Se carcajea.

―Que gracioso, Carlos. ―Me río junto a el.

―Bueno muchachos, a comer que se hará tarde, Carlos no olviden que nos iremos de aquí a las 5, por favor estén aquí antes.

―Tranquila madre, estaremos temprano.

Salimos de casa a tomar el transporte como se lo pedí ayer a Charly, al subir, el ve a las personas que están ahí y me toma de la mano, gesto raro pero que me hace sentir bien, nos sentamos, yo del lado de la ventana y el a mi lado, en ningún momento suelta mi mano.

―Es... ¿Por qué? ―Señalo nuestras manos entrelazadas.

―¿Solidaridad? ―Responde confundido.

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Sé que es un capítulo corto, pero así decidí dejarlo, ahora pienso que de esta historia tengo muchos capítulos favoritos, pero es por el significado que tienen, tomenme por loca pero mis personajes me hablan y... ay, dicen demasiado que me gustaría plasmar en un solo capítulo, pero sería un fastidio, así que mejor así que se quede.

Este capítulo (y la mayor parte de el) va dedicado a mi héroe... Capitán América:)

Si les gustó el capítulo, no olviden comentar, darle a la estrellita y agregar la historia a sus bibliotecas, hasta el siguiente capítulo, sean felices ❤

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