Prólogo

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Punto de vista del narrador omnisciente

Tras inyectarle una modificación del posible virus más contagioso de la historia, y ver que pasados unos minutos, no había ninguna reacción por parte del joven ante la administración del virus Delta. Gloxinia esbozó una amplia sonrisa mientras se alejaba de la camilla donde estaba su hijo y tras sortear el carrito que tenía todo lo necesario se acercó a su esposa Ende.

- Cariño, parece que lo hemos conseguido. Tras años y años de prueba y error hemos conseguido que una persona tenga los anticuerpos para el virus Delta- Expresó el padre de familia emocionado-. ¿Sabes lo que eso significa, no?

- Por supuesto, mi amor. Cuando el virus Delta, virus altamente contagioso y difícil de analizar, esté esparcido por todo el mundo y todo esté perdido, la gente esté muriendo y no sepan que más hacer, aparecerán las hadas con la vacuna y salvarán a toda la población. Nos haremos de oro y la farmacéutica "El bosque de las hadas" será conocida mundialmente por ser la salvadora del mundo- Expresó Ende con una sonrisa soberbía-. Es un plan excelente, sin fisuras, todo saldrá rodado. Y conseguiremos todo esto gracias a nuestro "King" porque sin él no podríamos ejecutar este plan perfecto y no hará que El bosque de las hadas alcance su máximo auge. Nos lo merecemos después de todos los sacrificios que hemos hecho... hasta nuestra hija murió por este propósito.

- Entonces... ¿damos comienzo al Proyecto Delta?- Preguntó Gloxinia a su esposa.

- Si, cariño, mientras todo el mundo esté consumido en el caos nos dará tiempo a sacar una vacuna para ellos... Añadiendo que somos unos cuantos en la Tierra, por reducir un poco ese número no pasa nada- Expresó Ende con una sonrisa.

- Bien...- Tras decir eso Gloxinia extrajo un comunicador-. ¿Puede venir, capitán?

Tuvieron que pasar unos pocos minutos hasta que por la puerta apareció un hombre de pelo largo castaño y ojos morados vestido de militar, llevando consigo un fusil de asalto.

- Dígame, Gloxinia, ¿por qué me ha llamado?- Preguntó el hombre que acababa de entrar con un poco de molestia.

- Drole, puede comenzar con el Proyecto Delta. Ya tenemos todo cuanto necesitamos para llevar acabo nuestro plan.

- ¿Habrá mucho dinero con esto?- Preguntó el militar con recelo.

- Por supuesto, te harás de oro, capitán Drole- Respondió Gloxinia con una sonrisa.

- Sabía que irme con vosotros fue la mejor decisión de mi vida... espero que no me defrauden- Respondió el hombre del fusil con una sonrisa.

- Por supuesto que no le defraudaremos y mientras, si gusta, podremos transformarle en un super soldado- Explicó Ende acercándose al hombre.

- Umm, me gusta como piensan- Tras decir eso sacó un walkie y habló por él-. Dad comienzo al Proyecto Delta, soltad a los infectados y veamos el mundo arder...

Un día después
Punto de vista de King

Conseguí despertarme lentamente a pesar del tremendo dolor de cabeza que estaba sintiendo. Ayer mi padre se arriesgó a inyectarme lo que el describió como "que si después de la inyección no me pasaba nada los haría de oro". Aunque no se si me ha pasado algo o no, porque no entendía a que se refería. Casi todos los días experimentaban conmigo inyectandome cosas o haciendome pruebas de diferente índole, ¿por qué ayer iba a ser diferente?... no lo entendía.

Tengo 19 años, y he vivido toda mi vida, desde que tengo uso de razón, en esta sala rodeada por tres paredes de hormigón y una de metacrilato, para que así puedan verme los científicos. Añadiendo que hay un par de cámaras en mi habitación. Bueno, "habitación", parece la habitación de una prisión, donde solo tengo mi cama, un retrete y una televisión con DVD, rodeada de cientos de películas y libros... eso era lo que me ayudaba a comprender el mundo más allá de estos muros. También venía una vez al día uno de los empleados de mis padres y se encargaba de darme clases de los conocimientos más importantes del mundo exterior.

El comienzo de una extinción [Kiane]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora