Hate To See Your Heart Break.

2.0

14 años antes..

"Vamos Mikey, hablale a la pequeña April." Dijo Karen a su pequeño hijo de escasos cinco años.
"No mamá." Berreo el pequeño en respuesta. "Es una niña!"
"Pero te invito a su fiesta y te esta dando pastel y dulces gratis Mikey." Trato de convencer aunque sabia que tenia que hacer un muy buen trato para que su terco hijo aceptara.
"No! No lo hizo, su mamá nos invito." Dijo cruzando sus pequeños brazos y frunciendo el ceño. Karen se sorprendio, pero no era la primera vez.
Michael no era un niño como los demas, el era bastante inteligente y muy activo.
En cambio, la pequeña April era todo lo contrario. Callada, tímida y pasiva. No hacia nada que sus padres no la dejaran y era excelente en la escuela. Sin embargo, por nada del mundo, ni siquiera por sus padres, quería hablarle al pequeño y travieso Michael Clifford.
"Michael. Si no le hablas a April, no tendrás permiso de comer ni uno de los dulces que te dieron hoy." Dijo Karen seria. Y Michael notó que no estaba bromeando. Bufó y volteó hacia la pequeña April.
"Bien... Hola April" Dijo entre dientes.
"Hum... Hola Michael" Dijo April tratando de ser lo más amable posible, aunque con Michael, era más difícil.
"Listo Mamá, le hable, ahora vamonos" Dijo Michael corriendo hacia la acera.
"No Mikey. Aún falta el pastel de cumpleaños"
Michael gimió y se dispuso a caminar a la casa del árbol que los papás de April y los suyos habían construido para ambos.
Así que se sentó en una esquina y cruzó los brazos.
Quince minutos después, la pequeña April subió con trabajo a la casa y se paró detrás de Michael.
Él la volteó a ver y como ninguno de ellos habló, April le extendió la mano, ofreciendole un plato de pastel de chocolate con fresa.
"Tu mami dijo que te gustaba"
Y Michael no pudo negarse, realmente era su favorito.
Dos minutos después, Michael estaba sentado a lado de April, devorando el pastel.
"Quiero que sepas, que no me caes bien"
Michael sonrió.
"Yo te detesto"
April sonrió.
"Bien"
Ambos dijeron al unísono, sellando de esa forma, una amistad que duraría toda su vida.