-Zon.
La gruesa voz de SaiFah llega a sus oídos. Sus ojos, curiosos, se dirijen hacia abajo. Distingue allí que los párpados de la persona de alta estatura yacen cerrados.
Plácidamente, el guitarrista dice su nombre mientras se remueve en su lugar. Su cabello se frota sobre la tela de sus pantalones holgados y sus largas piernas se estiran por tercera vez en el mediodía. Es porque el sofá se vuelve pequeño de repente. Lo corrobora cuando las puntas de los dedos de sus pies alcanzan las hojas del mecetero andino que se posiciona a unos metros de su estadía. Está fuera de sitio, así que debe que buscar una postura más cómoda porque las articulaciones no le proporcionan la elasticidad suficiente para su conformidad.
Zon le observa con una sonrisa. Anteriormente le aconsejó sentarse, o ir a su habitación si seguía cansado después de la noche anterior, pero se negó. Es debido a que él escogió el sillón para pasar el rato que prefirió quedarse a su lado. No tenía problema en moverse de hecho, pero SaiFah cree que tiene que complacerlo. Si él quiere el sillón, se quedarán en el sillón. Así que decidió recostarse sobre su regazo, no obstante, permanece inquieto. Sus piernas sobresalen por el otro extremo, pero no deja su puesto. No desea abandonar la placentera sensación de estar descansando con Zon, pese a que no será por mucho, pues la razón por la que el novelista de ciencia ficción esta ahí, es para la comodidad de su búsqueda.
-¿Cuánto más va a tardar? -cuestiona el otro mientras sus pies se balancean de un lado a otro a la espera. Justo en su planta, las hojas verdes comienzan a hacerle cosquillas, pero no le molesta.
-Llegará en un momento ¿Quieres que nos levantemos? -preguntó en un tono suave, con una mano sosteniendo su teléfono, y la otra acariciando su cabello. Sin darse cuenta, concentrado en las páginas promocionales, comienza a peinarlo. Quizás por costumbre, o quizás para no hacerse notar demasiado.
-No -musita en deleite. Aquel gesto le transmitía un agradable sentimiento. El sentimiento que ha estado experimentando desde que recibió su regalo. El sentimiento de amor. Así como lo ha expresado mediante los brazaletes, lo hace ahora con sus dedos. Estos le tocan con cariño y delicadeza. Piensa que podría quedarse de ese modo para siempre-. Está bien. No hace falta. Podemos esperar a que llegue. Entonces me moveré.
Lo que ambos planearon en la mañana se mantuvo. Ninguno de los dos saldrá porque prefieren pasar el resto del día en casa. Además, la pereza se apoderó de ellos. Desde que terminaron la torta de chocolate y sus barrigas tuvieron la satisfacción que necesitaban, se desplomaron por completo. No tenían energías para nada más que estar recostados. No querían cocinar o moverse en absoluto, al menos por un buen rato. Al final, Zon buscó una aplicación para ordenar comida. Fue hace media hora, pero no son impacientes. A SaiFah sólo no le agrada su posición entre esos cojines, aunque no hace nada para cambiarlo porque le agrada ser consentido de esa manera. Estar bajo las caricias de su novio es algo que no pospondrá por un par de músculos entumecidos.
-¿Tienes sueño? -cuestionó Zon al azar, todavía mirando a la persona de semblante sereno.
-No.
-¿Y tus ojos? -Esta vez, conciente de su interrogación, dirije su mano a su rostro. Con cuidado, las yemas de sus dedos recorren sus párpados, como si estuviera masajeando la zona para aliviar el escozor antes ocasionado. Temía que la irritación apareciera otra vez. Hace tan sólo una hora dejó de llorar, pero sigue preocupado. Es su culpa después de todo. Lo único que puede hacer ahora es cuidarle-. ¿Te duelen?
-Ya no -responde. Aún sin ver, extiende su brazo y, como si adivinara, atrapa su mano en plena acción. Luego, despacio, hace que esta descanse sobre su pecho, donde los latidos de su corazón se vuelven más fuertes contra su palma. Zon se estremece-. Estoy mejor porque estás aquí. No tienes que hacer otra cosa. Sólo quédate conmigo y todo lo demás desaparecerá.
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『Rєgαlσ dє purσ cσrαzón』
FanficEs el cumpleaños de SaiFah, pero Zon está muy molesto como para recordarlo así que pierde la oportunidad de saludarlo. Este desafortunado evento lleva a el distanciamiento de ambas partes, y sólo uno de ellos podrá volver a unirlas. •Fan fiction. •C...