Luo Binghe dijo con voz temblorosa: — Shizun, yo... yo de verdad...
Como un relámpago, envolvió el cuerpo de Shen Qingqiu que se enfriaba con una rapidez abrumadora, y salto por los aires para alejarse de la multitud. Claro que Liu Qingge trato de perseguirlo y recuperar el cadáver de Shen Qingqiu, pero no hubo manera de darle alcance al hombre de ropas negras que, en medio de su duelo, solo pensaba en una cosa... Traer de vuelta a su Shizun.
La cumbre Cang Qiong quedo en penumbra absoluta, lloraban la pérdida de un inmortal, de un hermano y maestro, y, por si fuera poco, también habían perdido su cuerpo, en manos de su injusto discípulo.
Los días pasaron, y poco a poco Liu Qingge comenzó a hacer planes para recuperar el cuerpo de Shen Qingqiu, quien sabe que cosas podría hacerle aquel descarriado discípulo. Había escuchado algunos de los rumores y no estaba dispuesto a dejar que eso se extendiera hasta mancillar el nombre de Shen Qingqiu.
Pero, por otro lado, Luo Binghe había encontrado una manera de preservar el cuerpo de su shizun, al menos en lo que buscaba alguna manera eficaz para traerlo de vuelta, quizá era algo bizarro, pero era la única forma que había encontrado. Cada noche, de forma casi ceremoniosa, se acostaba al lado del frio cadáver y poco a poco a le transmitía energía espiritual, reconstruyendo lo que tiempo atrás se había roto.
Era difícil verle de esa forma, pero no había quien se atreviera a cuestionar, o a preocuparse por él. Simplemente bajaban la cabeza y pasaban de largo, esperando un lugar seguro para susurrar suavemente sobre lo peligroso que era acercarse a ese hombre y lo peligroso que era mencionar a su adorado maestro. Liu Qingge comenzó sus ataques, uno detrás de otro, a cada oportunidad, quería recuperar el cuerpo para darle un entierro digno, pero cada vez fue vencido miserablemente.
Luo Binghe no interrumpió su trabajo de ninguna forma, a pesar de consumirse a sí mismo; no fue hasta que cierta noche, se acercó al lecho en donde reposaba Shen Qingqiu, se quitó la túnica exterior mientras apoyaba una rodilla en la cama y se inclinó para rodear la delgada cintura del hombre. Le sostuvo con cuidado, y poco a poco se recostó con Shen Qingqiu entre sus brazos, acaricio su cabello con melancolía, mirando al vacío mientras comenzaba su labor.
— Shizun... Este discípulo sería muy feliz si usted despertara. — Susurro, cerca de su oído.
Como si los cielos le hubieran escuchado, Shen Qingqiu abrió los ojos de golpe, asustado y confundido trato de enfocar su mirada en quien le abrazaba, pero solo pudo ver a un hombre alto, sosteniéndole y acariciándole. Sus pupilas se hicieron pequeñas mientras el sudor frio comenzaba a mojar su frente, y con rapidez trato de levantarse mientras pataleaba y se retorcía.
Luo Binghe estaba asombrado, atónito y sin palabras, pero por miedo a que se hiciera algún daño, le rodeo con más fuerza, atrapando sus brazos entre los suyos.
— ¿Shizun? ¿Shizun está bien? Cálmese, por favor, soy Luo Binghe, su discípulo.
Esa voz provoco una descarga de recuerdos ajenos en su mente, sin posibilidad
¡¿Qué diablos?!
Shen Qingqiu quiso dejar de procesar toda esa información, pero cada vez tenía recuerdos más y más confusos, por fin logro atar cabos al cabo de unos minutos, tenía algunas preguntas sin resolver, pero se prometió considerarlas cuando no estuviera siendo abrazado por un hombre. Su cuerpo temblaba mientras Luo Binghe se encargaba de sostenerle, atrapándolo para no dejarlo ir, su mirada reflejaba la sorpresa, la felicidad y la preocupación. Shen Qingqiu le observo con duda, sus labios temblaban como si fuera a decir algo, pero al principio no salió palabra alguna, hasta que se obligó a si mismo a hacer que la voz saliera.
ESTÁS LEYENDO
El Infortunio del Villano Escoria
FanficEn un mundo alternativo en donde Shen Jiu recupera el control de su cuerpo al Shen Yuan haberse descuidado, debe encontrar la forma de sobrevivir y debe descubrir que es lo que realmente desea Luo Binghe. *Los personajes le pertenecen a la escrito...