La mañana siguiente era muy tranquila.
Los niños perdidos dormían, las aves cantaban y las sirenas no paraban de hablar sobre el rey de la isla. Todo era tranquilidad en Nunca Jamás.
Hasta que un agudo grito irrumpió esa tranquilidad.
Los niños perdidos despertaron sobresaltados, las aves volaron alteradas, las sirenas nadaron lejos de la isla y Peter Pan no podía estar más enojado.
Un preocupado Félix entró a la cabaña de Peter.-¡Pan! ¡¿Qué diablos pasa?!
El grito cesó y Peter Pan cerró sus ojos, respiró profundamente, exhaló con pesadez y finalmente miró a Félix.
-Lo resolví.
Dijo con simpleza. Félix frunció sus cejas sin entender lo que decía su mejor amigo.
-¿De qué hablas, Pan?
Peter se sentó en la orilla de su cama mientras Félix lo miraba con confusión.
-Traje a la niña.
Félix lo miró con asombro y pasó su mirada por toda la habitación, sin ver rastros de la niña.
-Y... en donde está?
-En el armario.
Félix volteó a ver el armario que estaba detrás de él, y así, retrocedió de éste hasta sentarse al lado de su mejor amigo.
Los dos miraban el armario estupefactos, como si éste fuera la cosa mas extraña de todo el mundo.-¿La encerraste ahí?
Preguntó Félix en un tono muy bajo, aún sin quitar su mirada del armario. Peter negó en respuesta.
-Ella entró.
Respondió con simpleza. Félix frunció su entrecejo y negó levemente.
-Está asustada.
Murmuró.
-¿Qué?
Preguntó Peter Pan sin entender. Félix ignoró la pregunta de su mejor amigo y lo miró.
-¿Intentaste hablar con ella? - Pan negó y Félix suspiró. - Bien... Hazle una pregunta.
-¿Cómo qué?
-No lo se, Peter. ¿Sabes cuál es su nombre?
Pan lo miró con fastidio. Esa situación comenzaba a ponerlo de mal humor.
Luego miró el armario y comenzó a acercarse a éste con lentitud y alerta ante lo que pudiera pasar. Al estar lo suficientemente cerca, dio unos leves golpes a la puerta y carraspeó antes de hablar.-Hola. - empezó Peter. - ¿Te gustaría decirnos cómo te llamas?
Pasaron unos segundos antes de que la niña contestara.
-No.
Respondió la niña con un ligero temblor en su voz. Peter sonrió.
-Miren eso, sabes hablar. Pensé que sólo gritabas.
Félix negó mientras sonreía.
-Quiero ir a casa. - sollozó la niña. - Quiero ir con mi familia.
Pan dejó de sonreír y miró a Félix sin saber exactamente qué hacer. Su mirada regresó al armario.
-Escuchame, - susurró hacia el armario - No te haremos daño, lo prometo.
Después de eso, sólo se escucharon un par de sollozos.
Pan cerró sus ojos y suspiró con cansancio. Esto era más difícil de lo que pensó. Después, sus ojos se abrieron de golpe, y recordó quien estaba dentro del armario.
Sonrió y regresó, una vez mas, su mirada al armario.-Niña, ¿sabes en donde estas? - al no escuchar respuesta alguna, Peter siguió hablando.- estás en Nunca Jamás.
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Adiós.-Shendra.
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The Princess From Neverland || pp
FanfictionSe desconcertó demasiado, y no por el hecho de que el dueño del corazón del verdadero creyente tuviera cinco años, sino, porque era una niña quien lo tenía. -Shendra Gocasth.