III. El chico sobre el altar

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III. El chico sobre el altar.

Tauro despega su atención de las velas que acaba de prender cuando el ruido del picoteo en la ventana se hace lo suficientemente molesto como para que se trate de un ave cualquiera, además, puntualiza, la noche ha caído desde un par de horas ya, siendo inviable la posibilidad que se encuentren aves desplazándose por ahí libremente. Virgo y Capricornio se encuentran en la segunda planta de la casa, alistándose en la medida de lo posible para la misión que les compete enfrentar en una hora

Él va a quedarse esta vez, porque son las indicaciones dadas por Capricornio.

«Virgo y yo seremos suficientes, tú puedes quedarte. Hiciste tu parte con la información recolectada».

Y Tauro no se había quejado en absoluto, posibles secuelas de la experiencia con cierto niño de agua causándole algunos desagradables flashbacks como para volver a desear conocer otro signo potencialmente peligroso. Mucho más a uno que acuchilló a alguien con un puto rayo.

"Ya voy, ya voy". Tauro se queja con genuina molestia cuando el picoteo en la ventana se hace más ruidoso que antes, apresurando sus pasos para abrirla de un solo movimiento. A la habitación entra un pájaro, es pequeño y vuela de forma irregular, mecanizada; la suavidad de su plumaje es remplazado por el metal, incluyendo patas, pico y ojos. Es un autómata en forma de pajarillo, y Tauro se da cuenta de inmediato que el complejo cachivache es una de las creaciones de Acuario. Él suspira, permitiendo que las diminutas garras del "ave" se posen sobre su dedo índice extendido. "Eh... Despierta", le susurra, sin embargo el pequeño objeto no se mueve. Tauro frunce el ceño, volviendo a insistir. "¿Activate? ¿Habla? ¿Revive?" Sin resultados. "Mierda, ¿cómo se activaban los inventos de ese loco...?" De repente el ave abre el pico de forma brusca, arrancando en el proceso un corto escalofrío a Tauro y permitiendo que un manojo de palabras broten con una voz saltarina y llena de energía.

"¡Capricornio, mi amigo! He llegado finalmente a la ciudad, ¡y Cáncer viene conmigo! Lo he encontrado por coincidencia corriendo en un parque como si estuviera bajo un ataque psicótico, ¡hahá! Ay, eso es tan él". En el fondo se escucha el chillido amortiguado de una segunda voz «¡Eeek, me estaban persiguiendo unos niños! ¡Huía por mi vid—» Acuario lo interrumpe, "Sí, sí, qué más dan los detalles. En fin, ¡nos vemos dentro de poco!"

Tauro tararea apreciativamente. "Llega temprano, ¿no es así?" Cuestiona más para sí mismo que para el animal metálico que soporta, quién lo observa sin denotar emoción alguna... de ser realmente posible. "Virgo estará satisfecho con la puntualidad, eso es seguro".

"¡Ah! ¡Lo olvidaba! ¡Este mensaje se autodestruirá en 3...!"

"¡Qué—!"

Tauro sacude la diestra con todas las intenciones de que el autómata se despegue de su falange a la fuerza, solo para justo después dar un ágil salto hacia atrás, busque establecer la mayor distancia posible y se esconda tras la pared que encubre la subida de las escaleras. No tarda más que segundos para que se escuche una pequeña explosión proveniente de la sala, seguido de varias piezas metálicas siendo disparadas por todos lados.

"Acuario, tú, imbécil", Tauro se queja, haciendo especial énfasis a la última palabra pronunciada. "¿Cuándo va a dejar de hacer eso con sus mensajes? No es divertido, maldición".

El sonido de botas apresuradas chocando contra la madera resuenan al momento, y cuando Tauro ladea el rostro hacia su izquierda se encuentra con la figura de Capricornio en la cima de las escaleras observándolo con notoria preocupación.

"¿Qué fue eso?" Demanda saber.

Tauro sacude la hábil con desgana. "Uno de los autómatas suicidas de Acuario. Él y Cáncer están por llegar".

Vals De Almas Entrelazadas『 Zodiaco / BL 』Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora