|PERFUME|

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Era un lunes normal en el colegio Hogwards de magia y hechicería, y los alumnos de Griffindor tenían clase de pociones con Slytherin.

-¡Odio pociones, el profesor Snape siempre favorece a los de su casa!- se quejaba un joven pelirrojo al lado de su mejor amigo y su mejor amiga.

-si... Tal vez la detestamos... pero no podemos faltar- respondía cansada una castaña de cabellos enmarañados y mucha inteligencia.

-que digas eso no nos hace sentir mejor- exclamaba a su lado su mejor amigo, chico de lentes, mediano, ojos verdes y una cicatriz en forma de rayo en su frente.

-lo sé- terminó diciendo Hermione, y al cabo de unos minutos ya estában en las mazmorras , esperando sentados en el aula de pociones.

-hoy practicaremos la poción Amortentia... ¿Alguien puede decirme que hace esta poción?- empezó la clase el profesor Snape, como era de esperarse, Hermione levantó la mano de inmediato.

El profesor giró su cabeza a todos lados sin prestarle atención a la chica con su mano levantada y dijo-¿ Nadie...?, Oh señor Malfoy, dígame ¿cuáles son sus efectos?- fijó su mirada en un rubio platinado con su mano alzada.

Al escuchar que el profesor le prestaba atención a él, giró su vista a Hermione y le mostró su mejor sonrisa burlona, mientras la chica sólo bajaba su mano y le mandaba una mirada furiosa a Malfoy.

-los efectos son una fuerte obsesión con el que la toma, ya que esta poción es una poción para enamorar, a pesar de que nadie haya conseguido crear el verdadero amor, solo obsesión- explicó el rubio con una sonrisa triunfante.

-muy bien, diez puntos para Slytherin- felicitó el profesor Snape girando hacia el pizarrón detrás suyo y golpeándolo con la varita suavemente- está es la forma de prepararlo y los ingredientes... Tienen hasta que termine la clase- terminó el profesor y se sentó en su escritorio para ver cómo hacían las pociones sus alumnos.

Cuando ya era mitad de hora las pociones estaban listas, excepto las de algunos alumnos como Neville, la cual solo se volvió cristalina y desapareció, y por supuesto la de Seamus finnigan que solo explotó dejando un gran desastre .

-los que hayan terminado traigan sus pociones en un frasco y les daré sus notas la próxima clase- anunció el profesor y todos empezaron a guardar sus pociones en un frasco y luego a desaparecerlas de los calderos con sus varitas.

Todos, excepto una chica de cabello enmarañado que guardaba muchos frascos de la poción en su mochila ,dejando el caldero vacío, y ponía uno sobre la mesa para entregarle al profesor.

Después de entregar las pociones y que Griffindor perdiera diez puntos más por qué a Ron se le había caído su poción en medio de el aula, fueron a su siguiente clase, contentos de que pociones terminara .

Al terminar el día, todos se reunieron en sus respectivas casas, descansando un poco, terminando tareas, y esperando con ansias la cena en el gran comedor .

-estoy tan cansada...- decía Hermione en unos sillones frente a la chimenea.

-callate Hermione no me dejas pensar- exclamaba enojado Ron en un sillón a su lado, estaba con una pluma y un pergamino escrito unos veinte centímetros.

-¡No es mi culpa que la profesora Trelawney les diera a escribir un metro de pergamino!- replicó ella enojada, estaba cansada de la mala actitud de Ron, quería que le prestará atención, ella lo amaba, pero estaba muy cansada.

-no, no es tu culpa ... Pero es tu culpa que no pueda concentrarme, deja de estarte quejando¿No tienes otra cosa que hacer?- preguntaba el chico enojado, sus peleas eran frecuentes, pero Hermione lo amaba, no podía hacer otra cosa .

~Amortentia para chicos~ (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora