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Cada día era la misma y absurda rutina, su vida, jamás cambiaría y es por qué ser solo alguien al que buscaban por placer no era algo de lo que podía sentir orgullo. Se encontraba sentado mientras veía como las chicas nuevas limpiaban ese lugar, ya sabía lo que ellas se estaban lanzando.
Nada en su vida tenía sentido, de nada le servía el hecho de siquiera pretender escapar, nadie se preocuparia él, nadie.Eran aproximadamente las seis de la tarde, la atención a la clientela empezaba a las nueve de la noche pero tenía que prepararse tanto mental como psicológicamente, lo que venía y sufría cada día.
Nada fuera de lo normal. Para él al menos.
Abandonado a su suerte a los ocho años de edad, la señora que ahora cobraba tremendo montón de billetes que de eso no veía nada,era la única que conocía como madre. ¿Qué fue de su progenitora? No lo sabía. Seúl era toda una jungla plagada de una mierda social a la que no podía revelar con facilidad, tal vez había muerto de hambre, tal vez estaba en otra parte de Corea siendo una prostituta, tantas cosas que podrían haberle pasado, pero jamás la volvió a ver otra vez. Tampoco tenía deseos de verla de nuevo.
-Yoongi, trae tu maldito trasero hasta aquí y ponte a limpiar las habitaciones.
La voz de aquella mujer, era algo fría y rasposa. Seguro se preguntarán, ¿Es siquiera legal un prostíbulo?
Con dinero baila el mono dicen, y en este caso, las autoridades jamás se metían con negocios de prostitución que eran de alta categoría o que pagaban buenos montos de dinero y uno que otro deseo carnal. Jamás, pero jamás creyó que la justicia se podía comprar con tanta facilidad hasta verlo. Eran parte de aquellos negocios ilícitos que ayudaban a la economía.
La más requerida por esos puercos de mierda eran jovencitas, Yoongi no entraba en el menú, no por que todos fueran necesariamente solicitantes de una buena mujer; sino que a Yoongi la misma mujer lo guardaba para personas de mucho, mucho dinero, no pobres diablos que tenían familia y sobrevivían con un mísero sueldo.
Muy aparte por que, eran tan felices con sus asquerosas vidas que siempre las jovencitas terminaban golpeadas, más que lastimadas y asqueadas cuando esos tipos ponían sus manos en ellas. Yoongi era alguien al que podían acceder tan fácil y que además la misma mujer cuidaba de él. Obvio no dejaría que maltraten a su mina de oro, la última vez que alguien quiso golpearlo, terminó muy mal.
Pero ni eso ayudaba el hecho de que lo que hacía, no era algo que pueda disfrutar. La mayoría de esos hombre tenían mucho dinero, y de eso vivían todos en ese lugar.
¿Cuánto tiempo más aguantaría?
No tenía una clara y concreta respuesta, quería morirse, no quería seguir seguir en un mundo tan corrompido, uno que lo lastima cada día, solo con decir unas cuantas palabras.
-Me sigues encantando, te veré la próxima.
Podría mandar todo a la mierda , salir de ahí en una camilla con manchas de sangre en su cuerpo, lo intentó, pero lo salvaron y pasó más que mal toda una semana, siendo golpeado en el cuerpo.
Ojalá alguien llegara a salvarlo, pero a la mierda, nadie lo haría. Era estúpido pensar en una salvación.
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Las juntas eran más que estresantes, por favor, esos idiotas apenas sabían dónde estaban parados y temblaban tan solo ante una mirada confundida que daba tal vez un evidente error.
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Love Maze ↑ Taegi | Pausada ↓
FanfictionADAPTACIÓN .«Estoy atrapado en este laberinto que elegí, me agoto dentro de un callejón sin salida». «No sabemos lo que pueda pasar de la noche a la mañana, amarte no estaba en mis planes, jamás lo creí así y me estoy empezando a odiar por eso» ⚠...