One Life (Gay y sexo Gay)

Extras: "La Mamma Morta"

Narra David

11 de diciembre del 2036

Era una noche tormentosa y Louis había salido con Nayla a comprarle unas cosas a Henry, su madre estaba en el cuarto con su hijo y yo estaba cocinando una cena para nosotros que éramos sólo cinco y no los habituales dieciocho personas que estuvieron circulando la casa estas últimas semanas. La prima y su familia estaban en París por orden de Henry de viajar y no estar preocupados por él, su padre, su hermano y su familia estaban en sus casa también porque Henry lo ordenó. Zayn, Niall, Liam y Sol en la el San Agustín Place. Malena y su familia en su casa. Subí a su cuarto para que su pobre madre que estaba con él desde las ocho de la mañana, fuera a descansar un poco.

Para Henry su madre era lo más sagrado que pudiera haber existido. Él, hacia una semana que estaba durmiendo con su madre, es decir que le decía a Louis que se pusiera un colchón en el suelo para que su madre durmiera a su lado, se sentía protegido, quería dormir con ella y su cariño. Quería que su madre le de comodidad y cariño, camino sólo por esa línea solitaria mucho tiempo y tuvo suficiente de ese viejo juego. Él me decia que era solo un hombre en el mundo y decían que él es fuerte, pero le pesa el corazón y que su esperanza se había ido. No quería compasión, solo un lugar seguro pasa ocultarse, quería volver a su madre. No quería agitarse y su madre le daba todo el amor que anhelo, pero decía que si ella lloraba por él,  no podía poseerlo y que quería es que su madre estuviera tranquila antes que él muriera. Quería saber si estaría ahí para que le diera todo su amor de madre.

-"Abuela"-la llame como siempre hice.

-Sí,David.

-Déjame a mi. Tenemos que hacer lo del testamento que Henry me pidió.

-Claro, ya me voy - dijo retirándose del lugar.

Me senté a su lado, estaba sentado frente a la ventana, con un suero conectado, escuchando ópera, mirando como cae la lluvia.

-Sabes David. Estuve grabando esa última canción hace más de una semana...-lo interrumpi

-Henry, Louis me pidió que firmes los papeles - realmente no sabía que decía ahí ya que estaba sellado y no sabría porque el sobre se quedaría en el cuarto.

-Y llegamos al ultimo verso de la canción y le dije a los chicos: "Oh, no voy a hacer esto ahora, necesito irme y descansar, volveré pasa terminarla". Creo que esa fue la ultima vez que entraré a un estudio.

-Henry.

En ese entonces empezó a sonar "La Mamma Morta".

-¿Te molesta la música? ¿Te gusta la ópera?-pregunté

-Sí, Hen. Me gusta porque tu me enseñaste de esta música - dije.

-Es mi favorita,- dijo parándose de la silla-. Es de la obra Andrea Chénier, de Umberto Giordano. Esta es Maddalena y cuenta como en la revolución francesa incendiaron su casa y como mataron a su madre para protegerla. Moria y la salvaba. Dime algo, ¿escuchas su dolor?- asentí con la cabeza.- "Estoy sola" "Y Bersi, buena y pura, en su belleza confeccionó un contrato por mi"-traducio.- Ahora entran los instrumentos de cuerda y todo cambia, la música se llena de esperanza, y vuelve a cambiar, escucha - me dijo y empezó a traducir.- "Yo causó dolor a los que me aman." Sólo de Chelo es único. "Y fue durante ese dolor que me llego el amor. Voz llena de armonia decia:
¡Sigue viviendo! ¡Yo soy la vida!
El cielo está en tus ojos- de repente empezó a llorar y hacia movimientos de como si la pasión que le trasportaba esa canción le recorriera las venas.- " Tu no estas sola". "Sonrie y espera, yo soy el amor".
"¿Todo lo que te rodea es sangre y fango?
Yo soy divina.
Soy el olvido.
Yo soy el Dios que baja del cielo a la
Tierra, para hacer de la Tierra un cielo. Yo soy el amor, soy el amor"

Término la canción.

-Bueno Hen, te dejo los papeles para que los firmes después.

-Sí si.

Salí de cuarto y sentí la pasión y las ganas de vivir que Henry tenía. De una manera conmovedora me explico como ha llegado a darse cuenta que no hay manera de que pudiera seguir viviendo y derrotar al SIDA, y sin embargo estar listo para afrontar la muerte. Henry es lo mejor que me paso en la vida y amo sus ganas de vivir. Nada va a derrotar al inmortal espíritu de Henry Porth.