Una nueva Hada

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La pequeña semilla floto sin rumbo aparente, sobre un mar que nadie conoce y a un lugar que todos creían que era un mito.

Una pequeña hada que volaba por ese mismo rumbo, una más del grupo que las hadas de vuelo veloz usaban para encontrar las semillas, semillas que traían la risa de los bebés para que una nueva Hada naciera.

Esa Hada que nunca había encontrado una semilla antes, fue la afortunada de encontrarla. La pequeña semilla fue llevada por el hada como era protocolo, fue llevada flotando en dirección al árbol del polvillo.

La llevo en silencio, más calmada de lo que muchas hadas llevaban una semilla cuando la encontraban, era su primer semilla y no podía arruinar esto.

Cuando estaba llegando la Reina Clareon llegó tambien, acompañada de las hadas de todas las naturalezas, una de cada tipo de las hadas llevaba un objeto que les dirían que talento tenía el Hada que recién iba a nacer.

La Reina espolvoreo un poco de polvillo de hada sobre la pequeña semilla, y de repente una brillante luz verde brillante la envolvió, eso nunca antes había pasado pero era hermoso hasta en su propia forma, el brillo verde era hermoso como el de las esmeraldas bajo el sol de la mañana.

Cuando la luz se desvaneció se podía ver a un hada, una pequeña hada varón que se veía delicada, cabello negro profundo, hermosos ojos que parecían gemas, muchas gemas de todos los colores que brillaban en sus ojos como arcoiris y delicados razgos.

Cuando se puso de pie la semilla se había convertido en unos shorts, cubriéndolo de la cintura hacia abajo y lo siguiente que pasó sorprendió a todas las hadas reunidas.

Cuando la Reina se inclino y lo ayudo a abrir sus alas no eran normales, eran como las alas de los Lords y Ladys de la Reina, únicas. Parecían las alas de un pájaro, negras completamente y varias de ellas parecían jotas, joyas con forma de pluma.

El pequeño Hada se puso de pie y miro a su alrededor confundido y maravillado por lo que veía pero en lugar de acercarse a los objetos fue en dirección a la Reina y en contra de todo lo que hacían las hadas recién nacidas le tendió los brazos, como algunas habían visto a los humanos pequeños hacer a sus cuidadores.

Ahora que lo notaban el hada era conciderablemente más pequeño que las demas y parecía increíblemente más salvaje, como las hadas guardianas pero al mismo tiempo muy tierno.
Ante la mirada confundida de todas sus hadas la Reina decidió explicar que sucedía.

- Mis queridas hadas, este es un día muy importante para la historia de las hadas, hoy acaba de nacer un nuevo tipo de hada, un tipo que requerirá su propio territorio. Este pequeño -dijo recibiendo a la pequeña hada del suelo y colocándola en su cadera- es un hada nacida no de la primera risa de un bebé, si no del último aliento de alguien que nunca tubo un solo momento feliz en su vida.

Al decir esto todas las hadas parecieron sorprendidas ya que eso nunca había pasado, la Reina tenía razón, está era una nueva clase de hada, la Reina continuo.

- Desde hoy, este pequeño crecerá hasta que sea como las demás hadas, pero tendrá su propio territorio y gente, esta será una nueva clase de hada, su nuevo territorio tendrá también sus hadas, así que yo las diré, las hadas Guardianas y subgrupos de hadas de los otros talentos irán con el, pero habrá que esperar a que lleguen.

Dicho esto la Reina ordeno a las hadas que se retiraran a sus labores pero como siempre algún hada no podía hebitar ir a lo que llamaba su curiosidad y en ese momento el hada de vuelo veloz que había traído la semilla del pequeño. Voló en dirección a la Reina pero fue interrumpida a medio vuelo por una descuidada hada de vuelo veloz que se le atravesó haciéndola perder el equilibrio y caer en dirección de la Reina.

Las hadas que aún quedaban allí reunidas, en su mayoría del polvillo fueron las primeras en presenciar algo asombroso, justo cuando el hada estaba por golpear a la Reina una pared de plumas de gemas apareció entre ella y la Reina deteniendo la con sorprendente suavidad y haciéndola caer de espaldas.

Cuando el hada estubo en el suelo la pared desapareció y las plumas volaron hacia el pequeño niño y se combinaron en sus alas, fue entonces que las hadas precentes escucharon a la Reina hablarle al pequeño y escucharon el nombre de la cosita.

- Gracias por protegerme, Jewel, buen trabajo.

Y con esas últimas palabras la Reina le alejo con el pequeño recién nacido en sus manos haciéndole mimos que lo hacían soltar lindas risas.

Hada de la muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora