Capítulo 7. El final de tu historia y el inicio de la nuestra.

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Despertó por el sonido de la ducha, se desperezo y miro a su alrededor. Estaba cubierta por una manta y sin los zapatos. Estaba segura de que había sido puesta en la cama con ellos. La llave de la regadera se cerró y segundos después apareció Jacob siendo cubierto de la cintura por una simple toalla blanca, con gotas de agua corriendo por su cuello, su pecho y los brazos.

–buenos días, pensaba en despertarte justo ahora –dijo con una sonrisa sin notar el sonrojo que ella tenía en el rostro –sé que a las mujeres les cuesta mucho tiempo arreglarse, así que te dejare la ducha libre. Hay más toallas allá adentro.

–gra...gracias –dijo acercándose a su mochila y sacando ropa interior limpia y sus neceseres. Miro nuevamente al chico y sonrió-¿Problemas con el cabello? –preguntó divertida al ver como su novio lidiaba con los nudos.

-Sí, es un poco problemático. Mientras soy lobo no tengo que preocuparme por este tipo de cosas –sintió como la pelirroja le tomaba la mano y comenzaba a peinar su cabello –gracias

-No es nada –dijo con calma –oye... ¿te gustaría que lo cortara?

-¿Cortar?... ¿No te gusta así? –preguntó divertido

-Claro que me gusta. Es un lindo cabello. Es solo que veo que tienes problemas con eso de peinarlo –contestó en el mismo tono

-En realidad eso sería fantástico. –Le sonrió –ahora que me quedaré en un solo lugar ya no necesito tenerlo tan largo. Solo será un problema.

-Entonces lo haré una vez salga de ducharme –se acercó a su mejilla y le besó antes de meterse al baño.

.

Salió cubriéndose el pecho con la toalla y secándose el cabello; Jacob se encontraba tirado en la cama, mirando el techo y con el short que habían comprado el día anterior. Ella tomo la camiseta de él y se la coloco antes de quitarse la toalla.

– ¿Quieres que te corte el cabello ahora? –pregunto haciendo que él la mirara.

En los ojos castaños del contrario apareció una chispa de lujuria, ¿Por qué tenía que ponerse su camiseta y que ésta se le mirara tan bien? Tuvo que contenerse con muchas fuerzas y dijo con voz ronca

–Sí –carraspeó nervioso –Así te dejo el resto del día para que te arregles.

–ven –lo guio a la que parecía ser la cocina y lo sentó en la silla.

Tomo otra toalla y la coloco alrededor de su cuello, peino su cabello y finalmente saco las tijeras especiales que por alguna razón había llevado con ella.

–¿Por qué traías las tijeras en la mochila? –pregunto con curiosidad y un toque de gracia

–no lo sé –dijo con sinceridad alisando una última vez el cabello –hasta dónde quieres que te lo corte.

–lo más corto posible. Dime una cosa ¿no tienes una maquina allí adentro? –Comentó a modo de broma

–Creo que sí. La última vez que utilice esa mochila fue para un curso en Nueva York hace cerca de un año. No saque nada, al parecer.

Comenzó a cortar con las tijeras hasta dejarlo lo más pegado a la nuca que pudo, luego tomo la máquina y fue siguiendo las órdenes de él con respecto a cómo quería su cabello. Cuando terminaron, Jacob fue al espejo y sonrió complacido al ver el resultado.

–eres realmente buena, Penny. Quedo exactamente como lo quería.

–Gracias –dijo acercándose a su mejilla y dejando un dulce beso para luego seguir limpiando el cabello que había caído al suelo –creo que deberías empezar a cambiarte. A pesar de que aún falta mucho para la boda, el tiempo se pasa rápido.

La impronta de JacobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora