Capitulo 1

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Poché.

Nunca en mi vida la había notado, no hasta ese día. Sentada frente a las bancas del gimnasio con unos jeans rotos, una simple blusa blanca y unos tenis sucios. No se por qué llamó mi atención, pero desde ese día no e dejado de verla. Siempre estaba sola y por lo que veía era lo que ella prefería, su cabello castaño caía a sus contados y sus ojos color miel casi siempre estaban fijos en el suelo.

En las clase solo se quedaba callada sin prestar atención a nada, no participaba en educación física ni en clases de teatro ni de canto. Solo se sentaba en el fondo y miraba a todos como si fuéramos a hacerle daño, como si nos tuviera miedo.

Estaba casi segura que era de esas chicas tímida, como yo lo fui en algún momento o que no le agradaban los chicos de esta escuela, por que aveces podían ser unos grandes idiotas.

Quería hablarle para saber de ella o al menos su nombre, quizás le costaba hacer amigos como a todos y yo quería que entrara en confianza por que es horrible estar solo en la escuela, es horrible sentir que no encajas en un lugar, pero las veces que intenté acercarme salio huyendo como si yo fuera una ladrona.

Sentía la necesidad de conocerla, debía conocerla y saber por qué desde ese no e dejado de mirarla.

¿Pero como me acerco a una chica que lo único que hace es huir?

Pero esta ves no iba a ser así, los pasillos estaban solos, todos se habían ido a sus clases apenas timbre sonó y ella seguía ahí sacando sus libros de su casillero como si tuviera todo el tiempo del mundo. Esta era mi oportunidad y no pensaba desperdiciarla por nada en el mundo, decidida caminé hacia ella a pasos lentos.

— ¡Garzón! — escuché un grito a mis espaldas, la chica castaña me miro unos segundos antes de dar media vuelta e irse casi corriendo, huyendo de mi como siempre—¿adonde crees que vas? Tenemos clases.

La vi alejarse mientras intentaba con todas mis fuerzas no matar a mi mejor amigo.

—¿Otra vez acosando a la niña rara? — impacte mi puño contra su estómago al escucharlo llamarla así, no era nada nuevo de el pero odiaba que lo hiciera.

No sabia como hacerle entender que no la acosaba, aunque pareciera que si.

—Deja de decirle así, ella tiene un nombre — caminamos con dirección a la sala de química, odiaba esa metería y mas sabiendo que el profesor me odiaba a mi.

—¿Entonces cual es? — me quedé en silencio, Camilo esperaba mi respuesta con una sonrisa triunfante sabiendo que nuevamente había ganado— cuando sepas su nombre dejare de decirle rara, ademas si es rara Poché, solo hay que mírala.

—Idiota, nunca podre acercarme a ella si tu sigues apareciendo por todos lados y córtate ese bigote que te queda horrible —mentí solo para molestarlo, el solo peino sus bigotes haciéndonos reír a ambos—¿que pasaría si nos saltamos esta clase?

—Nuestros padres nos matarían, es nuestro último año de escuela y debemos dar lo mejor de nosotros para nuestro futuro — hablo con la voz gruesa imitando a su padre a la perfección — no entiendo por qué, si cuando uno se vaya a la universidad esto ya no importará.

Camilo era mi mejor amigo desde los once años, mi padre y el suyo se hicieron mejores amigos en el hospital cuando nuestras madres estaban internadas allí. El fue un gran apoyo para mi como yo lo fui para el en todos nuestros malos momentos, aunque peleábamos por estupideces ambos nos la pasábamos todo el tiempo juntos, la mitad de la escuela cree que somos novios y nosotros aveces nos tomamos de la mano o actuábamos de forma cariñosa para aumentar los chismes, era gracioso.

¿Por que amarte no es justo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora