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Tras varios días en observación, tanto física como psicológica, lo dejaron volver a su casa. La pelinegra está sentada en la cama del rubio, mirando hacia afuera de la ventana. Naruto no soporta verle la cara, que aún tienen un par de vendas por los golpes del muchacho, ella se gira hacia donde él y le sonríe. Se levanta de la cama y se dirige hacia donde se encuentra el rubio, caminando a la par que el retrocede hasta que se encuentra de lleno con una pared y Hinata lo besa con timidez. A Naruto le agrada el beso.

La línea - NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora