Oblivion - THORKI -TERMINADA-

Infancia

-Jötunheim-

-¿Loki? 

La madre del pequeño Jotun llevaba ya un rato buscándolo, este había desaparecido tras haber recibido un fuerte regaño por parte de su padre, el Rey Laufey, su madre la Reina Farbauti había hecho frente al tirano padre de este, pero no había podido evitar que su hijo huyera, pues no soportaba los gritos de su padre.

-Pequeño, ¿dónde estas? -decía angustiada la reina Farbauti, que buscaba en vano dentro del reino.

Loki llego corriendo a las afueras de su reino, había podido esconderse de los guardias y logrado salirse para huir de los regaños de su padre, tenia tan solo 6 años de edad, corrió tanto como sus pequeñas piernas le permitieron, hasta llegar a lo que parecía el final del bosque que rodeaba las enormes montañas de Jötunheim, siendo el hogar de gigantes, era tempestuoso, oscuro y frío.  No reconoció nada a su alrededor, muy posiblemente se trataba a que nunca había llegado hasta ahí, se quedo parado tratando de reponer el aire que sus pulmones necesitaban, ya no había donde más correr, pero sabía que tardarían en encontrarlo. Eso lo alivio.

Se encuclillo para poder tomar un poco de nieve en sus manos frotándola haciéndola una bolita.

-¿Por que no me quieres padre? -decía el pobre Jotun- Yo no sirvo para ti, jamás podre ser como tú quieres -las lagrimas comenzaron a ceder de su prisión y comenzaron a caer. 

Se levanto y siguió caminando adentrándose más. El paisaje comenzaba a cambiar, había una calma tan palpable que le dio tranquilidad en cuanto vio como todo a su alrededor se volvía un poco más cálido.

-¿Un río...?

En su hogar todo estaba congelado, el agua en gran parte, si era por los manantiales estaba petrificada, solo se podía descongelar para beber, pero con magia. Curioso el pequeño se acerco, quería tocar el agua que corría libremente, pero parecía feroz, no veía peces o algún signo de vida dentro del gran Río. 

Elevo la vista,  al otro lado, parecía estar... cálido, sonrió ante la idea de vivir en un lugar así, donde él no tuviera que estar procurando no cometer ningún error el cual su padre lo pudiera castigar después, pensaba en como sería vivir con su madre en otro lugar.

Miró hacia el lugar cálido frente a él, solo siendo separado por el Río, sonriendo.

Un crujido lejano lo alertó, giro su cabeza hacia sus espaldas, pensando que el ruido provenía de ahí, pero en eso escucho otro, como algo cayendo, se dio cuenta que en realidad venía del otro lado de Río, cosa que lo puso aun más nervioso, ya que no podían ser sus guardias o su madre... ¿que había del otro lado?

Estaba pensando en eso, cuando vio como alguien caía de golpe al suelo.

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-Asgard-

-¡Príncipe! ¡No corra por favor!

Un pequeño Thor gustaba de molestar y hacer enfadar a las doncellas y guardias que cuidaban de él mientras sus padres, los Reyes de Asgard no se encontraban en el reino. Estaba cansado de estar recibiendo lecciones que mejor quiso divertirse un poco.

-Alcáncenme -gritaba el niño de 8 años corriendo por los pasillos del palacio dorado.

-¡Príncipe Thor! -fue lo ultimo que escucho, pues este ya corría hacia el bosque de su reino, donde siempre le decían, que debía tener cuidado al entrar y que nunca lo hiciera y si así fuera, con compañía.