CAPITULO 22

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Yago:

Cuando consigo sacar a Daniela de la fiesta para llevarla a su casa, son más de las tres de la mañana. Estoy agotado y no he dejado de pensar en Lilly y sus pesadillas. No tenía que haber ido, Paulina no tiene por qué cargar con mis responsabilidades.

Dejo a Daniela en su casa y nada más hacerlo se alza a mis brazos y me besa, trato de corresponderle pero finalmente me aparto.

Yago: Estoy preocupado por Jazzy.

Daniela: Porque es una niña, si no me podría celosa. Nos vemos.

Se va sin decir nada, aceptando sin más mis pocos deseos de prologar el beso. ¿Siempre ha sido así nuestra relación? Llego a casa pensando en ello, pero cuando subo al cuarto de Lilly y veo a Paulina sentada en la mecedora, dormida, sujetando la mano de la pequeña, me olvido de todo menos de observarlas y sobre todo a Paulina.

No sé el tiempo que ha pasado cuando Paulina se percata de mi presencia y se despierta. Me sonríe aun en sueños y se levanta.

Pau: ¿Ya has vuelto?

Yago: Sí. ¿Qué tal se ha portado?

Pau: Bien, no tiene la culpa de sus pesadillas. Ve a dormir, yo me quedo con Lilly.

Beso a Lilly y me voy a dormir, pero cuando me acuesto me resulta imposible conciliar el sueño con Paulina tan cerca. Esto no debería sucederme. Al final solo el cansancio hace que me suma en un profundo sueño, ¿lo peor? Que hasta en sueños Paulina me persigue.

Bajo a desayunar, el olor a café recién hecho embriaga mis sentidos, al entrar en la cocina Paulina ya se ha vestido y otra vez lleva el pelo suelto, aunque esta vez se lo ha recogido con dos ganchos a los lados. Cuando me mira sigo viendo su cara infantil, pero desde hace días dejé de ver en ella a una niña.

Pau: Buenos días. Te he preparado café.

Yago: Buenos días, ¿Has dormido bien?

Pau: Muy bien.

Tomo mi desayuno y me despido de Paulina para ir a trabajar, estoy mucho más descansado que días anteriores, me parece increíble haberme dormido con esa tranquilidad y sé que es porque confiaba que si pasaba algo Paulina se haría cargo de Lilly.

*****

Paulina:

Termino la tarta que estoy preparando para la fiesta de esta tarde. Laia ha estado aquí esta mañana para traer unas cosas para la fiesta; he terminado de dar de comer a Jazzy y mientras duerme estoy ultimando el postre. Justin me ha llamado para decirme que llegaría más tarde. Esta semana ha estado muy ocupado y ha llegado casi a las cinco todos los días. Nuestra amistad va bien, ya hemos superado, mi vergüenza por mi
confesión y su miedo de hacerme daño al no sentir lo mismo por mí.

Cuando la termino y la meto al frigorífico, la miro dudosa por si es una tontería hacerle algo así. Va a cumplir veinticinco años y aunque yo sea de la forma de pensar que hay que celebrar orgulloso cada año, hay personas que no piensan así.

Tocan al timbre y cierro el frigorífico para ir a ver quién es, esperando que sea Maia o Maca para traer más cosas o incluso Bianca, que me dijo ayer que se pasaría por la tarde para ayudar.

Daniela: Hola, ¿Esta Yago?—Pregunta mi hermana.

Pau: No.

Daniela: Mejor chicas pasen —Abre la puerta del todo y me quedo asombrada viendo como un equipo de catering empieza a entrar en la casa con varias cajas.

Pau: ¿Qué es esto?

Daniela: ¿No esperarías que me olvidara de su cumpleaños?

Pau: No lo esperaba.

"Enamorada del novio de mi hermana" ~ TERMINADA ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora