Lo que no te pude decir~°♪[StaxXby] [PAUSADA]

♥ depresión ♥

—Alejandro ábreme!!, Alejandro!!

Un castaño se encontraba frente a la puerta de este, cada vez tocaba más fuerte la puerta casi hasta romperla; seguía tocando y gritando para que el contrario lo escuchará, pero todo fue en vano el menor no daba señal de nada.

—crees que esté bien?, hace semanas que no lo veo—comentaba un pelinegro de banda

—debe estar aquí adentro no pudo haber ido a ningún lado.

—es mejor que nos vayamos no va a salir

—déjame intento una vez más—el chico volvió a gritar está vez amenazado con entrar a la fuerza sin importarle romper su casa, en eso se escuchó unos pasos atrás de la puerta y de pronto está se abrió dejando ver al menor, claramente traía un aspecto descuidado, tenía el pelo revuelto, los ojos hinchados con unas enormes ojeras, se veía más delgado de lo habitual, y traía una pijama que le quedaba grande.

—que queréis!?—decía de malhumorado

—solo venimos a ver cómo estás, hace días que no sales de casa

—estoy bien ya podéis retirarse—decía para cerrar la puerta, pero alguien lo detuvo

—déjanos pasar Alejandro—ordenaba Borja, Alex tuvo que aceptar,no tenía ganas de pelear con luzu; los dejo pasar y ambos tomaron asiento

—que es lo que buscáis!?

—queríamos ver si estás comiendo bien, pero ya veo que no, cuantas veces al día comes Alex?

—no necesito comer, ya no es mi prioridad, ni lo necesito, ya saben lo que querían, ya podéis largarse

—alex que te pasa?, Te veo muy mal, que sucedió, es sobre el chico que siempre me hablabas?

—no...largense—dijo señalando a la salida mientras se tapaba la cara con un mano para evitar que sus compañeros lo vieran llorar pero aun así lo notaron y se acercaron a el.

—alex, Frank te hizo algo?-decía Borja con algo de rabia, no quería que Frank dañará a Alex, aunque parecía que ya lo había echo, según los hechos

—alex se abalanzó a luzu,este correspondió el abrazo ya que sabía que Alex lo necesitaba—tranquilo Alex, que te hizo,dímelo!!

—ya no me quiere, me odia!!-decía entre sollozos y lágrimas

—a que te refieres?—dijo Mangel mientras se acercaba a Alex, que aún no se despegaba del pecho de Borja

—ya va casi un mes y el no me a escrito nada, le envié cartas y no las respondió, y no!!! No es una tontería el me está evitando y no se por que!!, el no es así

—alex, deja de preocuparte por el y preocúpate por ti mismo, no te has dado cuenta de tu aspecto, luces fatal, de falta comer, y simplemente ha pasado todo esto por culpa de Frank, y realmente ha valido la pena, el no sabe ni cómo estás, no puede sentir pena por ti, por qué no está aquí, no puede verte.

Alejandro sabía que Borja tenía razón, pero no quería aceptarlo, sabía que Frank no era capaz de ignorarlo sin ningún motivo, pero como estaba tan seguro de eso, decía conocerlo bien, pero ya hacía años que no se veían, dicen que la gente cambia conforme pasa el tiempo y conforme más personas entran a tu vida, este sería el caso de el?.

[...]

—hay Frank no seas nenita, deja de llorar

—como quieres que deje de llorar si el amor de mi vida me dejo—tomo otro sorbo de alcohol y siguió hablando, ya se notaba lo borracho que estaba—Alejandro era mi única razón de vivir, y ahora que no está no se que hacer con mi vida, solo me queda beber hasta morir

—que dramático eres Frank, de verdad, sabe me largo ya no quiero seguir escuchando tus cursilerías

—lárgate como el, todos me *hip* dejan

Por más borracho que estuviera, realmente el dolor que sentía en ese momento era verdadero, odiaba sentirse así, el único que fue capaz de cautivar su corazón  y destruirlo al mimo tiempo, fue la misma persona, Alejandro Bravo Yañez, ese nombre cada vez que lo pronunciaba se le rompía cada vez más el corazón y estallaba en lágrimas, no odiaba a Alejandro, no era capaz, el fue el único que pudo amar, aparte no estaba en su derecho odiarlo, ya que el le había echo daño antes, sin que lo supiera.
Las horas pasaban y Frank no dejaba de tomar, la única forma que lo dejo fue cuando lo sacaron del bar por qué ya era muy tarde, se fue a su casa deprimido, ahora ya era costumbre de su día a día.