Capítulo 2

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Con un dolor agudo en la cabeza, se despertó Shirley, apenas abrió los ojos, supo que estaba en un hospital, como no saberlo, si ha pasado la mayor parte de su vida yendo de uno a otro.

El dolor de cabeza se le estaba haciendo casi insoportable, levantando una mano para sostenerla, se dio cuenta que había algo diferente, la mano que tenía puesta enfrente no era la suya, esta es una mano delicada, la piel es más blanca que la de ella, los dedos son más largos y finos, y no tenía las cicatrices que tenía ella a causa de las agujas intravenosas que solía llevar, antes de entender la razón de ello, una voz la sacó de sus pensamientos.

- cariño!, por fin despiertas, no sabes el miedo que teníamos yo y tú padre, ¿estás bien?, ¿te duele algo? dime algo por favor, no sabes lo preocupada que estaba por ti - quién le hablaba era una señora bastante bonita y elegante de no más de 40 años

Shirley no sabía quién era la señora que le estaba hablando, pero sí que se veía preocupada, lo último que recordaba era que le había dado un ataque, y no había alcanzado a tomar las pastillas.

Recordando esto, se dio cuenta de inmediato que algo andaba mal en ella. Ese no era su corazón, Shirley se puso una mano en el pecho, sintiendo los latidos fuertes y sanos de un corazón que ella estaba segura que no era de ella.

En este momento, se abrió la puerta de la habitación, entrando un señor bastante alto y apuesto de unos 40 años, este traía bolsas con comida un la mano, los cuales dejó en una mesa cerca de la cama y se acercó a ella y la señora

- Amor, nuestra hija ha despertado por fin, pero al parecer sigue enojada, no ha dicho ninguna palabra desde entonces - la señora le informó un poco preocupada, al señor que acababa de entrar, lo poco y nada que había sucedido desde que ella despertó, pero por sus palabras, Shirley entendió que esos señores ¿eran sus padres?

- tranquila amor, yo hablo con ella - dijo el señor intentando tranquilizarla, para luego dirigirle la palabra a ella - cariño, entiendo que quizás aún estés enojada por que nos hayamos mudado en contra de tus intenciones, pero por mi trabajo no podía seguir en esa ciudad, ya no había mucho campo para mi producto, y en esta ciudad es en donde mejor se proyectaba, sé que quizás no quieres saber nada de estas cosas, pero de verdad no teníamos otra opción, y no te quería dejar sola en esa ciudad, sabes que con tu madre te amamos, ¿podrías perdonarnos por esta vez? - mientras hablaba, tomó su mano y la mano de la señora, juntándolas, como para dar a entender que de verdad ama a su familia.

Shirley, sin entender mucho qué era lo que estaba ocurriendo, pero viendo como sus "padres" se estaban disculpando con ella, asintió levemente con la cabeza, los señores al ver que su hija asintió con la cabeza, se pusieron tan feliz, que se dieron un abrazo familiar.

Luego de ser revisada por el doctor, y asegurarle a sus padres que se encontraba bien, y podía volver a casa, simplemente tenía que volver al hospital si seguía con dolores de cabeza, los señores quienes Shirley aún no sabía cómo se llamaban, la subieron a un vehículo y se pusieron en marcha al cuál sería su casa.

Al llegar, Shirley se dio cuenta que era una casa bastante grande, comparada con los lugares en los que había vivido en su "vida pasada", sus padres la ayudaron a bajarse del vehículo y la llevaron al que debería ser su habitación.

La primera palabra que se le vino a la mente al ver la habitación fue "princesa", todo estaba decorado de una manera tan mágica y tan elegante, que era prácticamente la habitación que se imaginaba cuando en los libros decían habitación de cuentos de hadas.

Luego de ser instalada en la cama, su madre salió de la habitación corriendo para volver unos segundos después con algo en la mano.

- cariño, mira lo que te he comprado - dice mientras saca de sus espaldas una tablet de última generación, obviamente de color rosa

Shirley al ver eso, no sabía qué responder, no sabía que decir, sin que sus padres encontraran algo raro en ella, sin que se dieran cuenta que ella en realidad no era la hija de ellos, quizás físicamente hablando si, pero no en lo ¿"psicológico"?, ella aún no sabía qué era lo que le había pasado, el porqué, ni el donde estaba siquiera.

Los padres al ver que Shirley seguía sin decir ni una palabra, se miraron entre ellos, el señor con la mirada consoló a su esposa, quien se notaba que estaba un poco triste por la falta de respuesta por parte de su hija, Shirley luego de salir de sus pensamientos, se dio cuenta de lo que había pasado.

- no importa cariño, si no te gusta, cuando te sientas mejor, vamos juntas a escoger uno que te guste, para que entres a tu último año de clases feliz, aunque no puedas estar con tus amigas de toda la vida, por lo menos tendrás algo con lo que divertirte, y el vendedor también dijo que esto puede reemplazar los cuadernos, para que no estés con mucho peso en la mochila. - la señora hablaba feliz de que hubiera una forma de ayudar a su hija en algo - o si no quieres salir, lo podemos buscar por su página web si quieres

- no, está bien, me gusta mucho este, gracias...madre - era difícil para shirley no solo el hecho de no saber cómo se trataban antes con ellos, si no también el hecho que de ella nunca había tenido padres, así que no sabía cómo debería llevarse con ellos, ni hablar de cómo llamarlos.

- ¿de verdad te gusta? - la señora al ver que su hija le había respondido, por fin creyó las palabras de su hija de que ya no estaba enojada con ellos, por poco no saltaba de felicidad

- si, muchas gracias, lo cuidaré mucho

- bien, hija, te lo dejaré aquí - dijo mientras lo dejaba en el velador - con tu papi te dejamos para que descanses

Luego de decir eso, ambos salieron de la habitación, una vez a solas, Shirley se levantó de la cama, para comenzar a buscar algo en la habitación que le de pistas de cómo era ella antes, mientras buscaba se pasó por delante de un espejo y se quedó plasmada con lo que vio, era una chica de contextura delgada, pero con curvas en donde deberían haber, de piel blanca, un cabello rubio, largo hasta un poco encima del trasero, unos ojos verdes claritos, una nariz pequeña pero muy bien hecha, y unos labios rosados un poco pálidos, quizás por el accidente que tuvo hace poco, tenía por lo menos unos 1.70m de altura y de piernas y brazos muy largos, se notaba que heredó la altura de su padre, y los rasgos de su madre.

Buscando por la habitación, encontró que sus padres se llaman Anne y Charles Larson, que su padre ahora está intentando expandir su pequeña empresa, razón por la cual se mudaron a esta ciudad, y que aunque la familia no sea adinerada en todas sus letras, a Shirley siempre le han dado lo mejor, observando las ropas que vestían sus padres, comparado con las que tiene ella en el ropero, se podría decir que casi todo lo que tienen se lo gastan en ella.

Por lo que le acababa de decir su madre, este sería su último año de escuela, así que buscando por la habitación encontró la carta que estaba buscando, era la carta de admisión de la escuela, se veía la insignia de la escuela con sus iniciales "BB&N", Shirley había oído hablar de esta escuela antes, es una escuela privada, en donde la mayoría de los niños que van son hijos de grandes empresarios o de políticos, pensando en todo el dinero que habrán metido para que ella pudiera quedar en esa escuela, se prometió que haría valer cada centavo de ese dinero. 

Pensándolo bien, sus padres la querían tanto que no se darían cuenta de un cambio grande en ella, y aunque lo hagan, lo echaron al hecho de que es aun una adolescente, y los adolescentes cambian de parecer de un día a otro, por lo que ella podría ser ella sin tener muchos problemas, y ayuda también el hecho de que se hayan mudado a una ciudad nueva, ya que no tendría que enfrentarse a las amigas de ella, las cuales sí se den cuenta de un cambio grande en ella.

Ahora que tenía la oportunidad de tener todo lo que no tenía antes, aprovecharía al máximo y cuidaría todo lo que le se le estaba dando.

Shirley en realidad no entendía qué era lo que le había ocurrido, pero sabía que ahora tenía un corazón sano y unos padres que la amaban, era todo lo que deseaba tener pero no tenía antes, así que ¿porqué no aprovechar la oportunidad que tenía enfrente?

NO MATTER WHATDonde viven las historias. Descúbrelo ahora