Capítulo 1

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Shirley llegó a su departamento, luego de un día bastante movido, pero a la vez feliz, hoy fue el día de su graduación, fue la más joven en graduarse de su generación, cualquiera que vea sólo sus logros en los estudios le tendría envidia, pero no, si supieran por todo lo que ha tenido que pasar.

Shirley desde pequeña, creció en un orfanato, ya que sus padres la abandonaron a causa de su enfermedad cardiaca, razón también por la cual, no ha podido hacer muchos amigos, ya que la mayor parte de su vida la ha pasado en hospitales, para cuando cumplió la mayoría de edad, la directora del orfanato ya no podía seguir ayudándola, por lo que siguió ella sola con la lucha, estudiando, y haciendo trabajos para poder ganar algo de dinero para costearse los remedios que no podía dejar de tomar.

Cuando le llegó la carta de admisión de MIT, no todo fue mejor, ya que se le sumaba otro gasto más, que no sabía si podía costear, ya que más de una vez había solicitado ayuda económica del gobierno, siendo esta siempre rechazada, justo el día anterior de ella rechazar la oportunidad, le llegó un correo de un profesor de MIT, en el cual decía que conocía los problemas económicos de ella, y que le podía ofrecer ayuda en cambio de trabajo.

Así que si es cierto también, que el esfuerzo, siempre se verá reflejado en la realidad, Shirley al final aceptó la invitación de ese profesor, convirtiéndose parte del grupo de investigaciones, teniendo un lugar para vivir, cerca y sin preocupaciones de costear la universidad.

A pesar de que Shirley estudió matemáticas, ella ama leer, y analizar el carácter de los personajes, la razón que les lleva a hacer algo, y cosas así, hace poco, se había puesto a leer un libro típico de la historia de amor del príncipe y la cenicienta, pero mientras más leía, más se daba cuenta que en verdad ellos están hechos el uno para el otro, ya que en esa historia, a diferencia de los cuentos de hadas, el príncipe y la cenicienta tienen sus defectos, y sus lados oscuros.

Por ejemplo, ambos quieren eliminar a cualquiera que se interponga en sus caminos, como lo hicieron con el personaje llamado Shirley, que a pesar de tener el mismo nombre, en realidad no lamentó mucho la muerte de ese personaje, ya que hablando en serio, era bastante tonta, y fue ella misma quien se cavó su propia tumba, teniendo una familia feliz, unos padres que la amaban, y todo un futuro por delante, tenía que enamorarse del príncipe e intentar meterse entre ellos dos.

Su muerte fue diseñada por el "príncipe". Ambos sí que se entienden entre ellos, los dos habían preparado algo para el mismo día, ese día, la cenicienta la había invitado a comer, para "hacer las paces" cuando tenia planeado secuestrarla e invitar a varios matones a violarla, para subir el video a las redes y así arruinarle la vida, para que no la molestara más a ella, pero eso no ocurrió, ya que camino a encontrarse con ella, tuvo un "accidente automovilístico", en ese mismo accidente, arrasaron con el auto de Alesandro, dejándolo en silla de ruedas, siendo este en un futuro, el enemigo del príncipe.

Luego de bañarse, Shirley se acostó en su cama, y comenzó a leer, aun no iba ni en la mitad, y ya odiaba bastante a los personajes principales, ya que según su parecer, ambos son personas egoístas y a la vez malas, todo lo que hacen, lo hacen para ganar algo o sacar algo de bueno para ellos mismos, y todo eso, bajo la máscara de solidaridad por parte del príncipe y de pobre víctima por parte de la cenicienta.

En la parte que iba leyendo Shirley, acababan de explicar al personaje Alesandro, el quién el "príncipe" hace creer a todos que es malo, ayudando también la "cenicienta" contando historias falsas, haciéndose siempre la víctima.

- ya, muchos problemas, para un día tan bueno como este - luego de decir eso, dejó el libro en el velador, y se dispuso a dormir

Shirley, a causa de su enfermedad cardiaca, mantiene un estilo de vida bastante saludable, durmiendo y despertando temprano todos los días, comiendo siempre sano, sin condimentos ni nada parecido, y tomando solo agua e infusiones.

A media noche, Shirley se despertó por un dolor agudo en el pecho, con las manos temblando, abrió el cajón de su velador, y comenzó a tantear buscando sus pastillas, pero como no había tenido tiempo de prender las luces, no las lograba encontrar.

Luego de por fin encontrar las pastillas, abrió difícilmente el frasco, para darse cuenta que estaba vacío, el dolor se le estaba haciendo cada vez más fuerte y mientras más pasaba el tiempo, menos control tenía sobre su propio cuerpo, con todas sus fuerzas, se levantó para poder ir a buscar su bolso, en donde estaba segura que tenía pastillas.

Shirley tenía ya casi todo su pijama mojado por causa del sudor, notándose, todo el dolor y esfuerzo que estaba haciendo para mantenerse en pie, cada paso que daba, era un dolor más para ella, sus nervios estaban en su punto máximo, sentía como si estuviera caminando sobre fuego y vidrios rotos, pero no podía darse por vencido, no quería morir, no había luchado tanto tiempo para morir así.

Sin más fuerzas ya siquiera para mantenerse en pie, dio un paso en falso, haciendo que cayera de pleno al piso, todo le dolía de manera horrible, cada centímetro de su cuerpo, hasta el simple hecho de respirar era como si cada vez que inhalaba aire habían millones de trizas de vidrio rompiendo todo a su paso, desde las fosas nasales hasta sus pulmones. Era como si, doliera el hecho de estar viva, como si hubiera un cuchillo enterrado en su corazón y desde ahí arrasando cada centímetro de su ser, ya no tenía más fuerzas para ponerse en pie, el corazón, cada segundo que pasaba, le proporcionaba un dolor más grande, el dolor era tan fuerte que ya no tenía control de su cuerpo, le costaba hasta mantener la mente fría, ya no podía pensar con claridad,, en ese momento tenía una sola cosa en mente, y eso era alcanzar las pastillas, así que siguió arrastrándose como pudo, para poder alcanzar su bolso.

Justo cuando alcanzó a tomar el mango de su bolso, Shirley perdió por completo el control de su propio cuerpo, ya no tenía fuerzas para nada, el dolor que sentía era cada vez más fuerte, ya no podía luchar contra ello y como si fuera un juego del destino, lo último que vio antes de cerrar por completo los ojos, fue el cuadro que acababa de colgar con el título de grado que le acababan de otorgar hoy, como si el destino le estuviera diciendo "no sirve de nada luchar contra mi", como si todo el esfuerzo de todos estos años fuera un chiste. Desde el principio, haber sobrevivido al abandono de sus padres, luego su niñez, luchando contra su enfermedad, siguiendo su adolescencia, luchando por ganar dinero, simplemente para mantenerse con vida, hasta ahora, todos los años de estudio, de trabajo, de tratamiento, cuando por fin el doctor le dijo que podía seguir viviendo con ayuda de las pastillas, y por fin tenía su título de grado, para poder encontrar un trabajo que le dé de comer y le otorge más facilidades para hacer lo que siempre había querido hacer cuando después de tantos años de esfuerzo, por fin podía vivir como una persona normal, viene el destino, y le pone enfrente una realidad, es que no se puede luchar contra él. Como si se estuviera burlando de ella, haciéndole ver que no sirve de nada luchar contra lo imposible.

Shirley, se sintió cansada, cansada de todo, de vivir la vida que había estado llevando, y se cuestionó el porque hacía tanto esfuerzo, si su vida desde el momento en que sus padres la abandonaron, estaba destinada a no ser normal, pero ¿Qué era lo que había hecho ella mal? ¿Nacer? si lo único que siempre ha querido, es encontrar a sus padres, era lo único por lo que se había esforzado y aferrado tanto a este mundo, la única razón por la cual le valía la pena seguir luchando. A ella no ya no le importaba que la hubieran abandonado, quizás tenían sus dificultades, pero ahora ella ya estaba bien, ya podía vivir tranquilamente, ya no sería un problema para ellos, ¿Por qué ni siquiera así podía ir a buscarlos? ¿por qué? si lo único que anhelaba, era tener unos padres que la quisieran

Por primera vez en su vida, Shirley se rindió contra el destino, ya había dado su máximo, y ni así pudo lograr obtener lo que muchos tienen de nacimiento, cansada, cerró sus ojos y aceptó su "destino", como si aún no tuviera suficiente, vio su vida en pocas imágenes, y lo único que le causó, fue gracia, por fin entendió que no servía de nada, si todo estuviera predestinado.

NO MATTER WHATDonde viven las historias. Descúbrelo ahora