El metal plateado era azotado con fuerza por unas manos lechosas como la nieve, estás iban pasando a la par de cada libro. La lengua saliendo por un costado, y su entrecejo fruncido."Dos, cuatro- mm tengo todos."
El timbre se escucho en el pasillo dónde todos los estudiantes se dispersaban para cualquier lado, o lugar que imaginarás. Mientras tanto Harry se apresuraba para empezar su primer clase del día, literatura. No tenía problema con ello, pues le iba bastante bien en las materias en general.
Sus pisadas rezonaron apenas entro y agachó la cabeza, no era muy bueno tratando de desapercibir las miradas pre-juzgadas de sus compañeros, se dispuso en su asiento y abrió su cuaderno para anotar a la par que llegue la profesora.
"Vaya, pero que tenemos aquí." la mano más bronceada tomo sus apuntes pasados para ojearlos de la nada. Unas risas se escucharon desde atrás.
Harry ni siquiera dijo nada, no levantó la mirada para nada. Respiro ondo y atento a que esto pasase rápido y poder estar tranquilo.
"¿Qué pasa?" cuestiono con burles aquella parlanchines y delicada voz de el insoportable de Tomlinson, era de esperarse, no tenía a quien más joderle la vida. "¿No vas a quitarmelo mariquita?"
"No le digas así." comento una chica al lado de la butaca de Harry, no a unos más dos metros de distancia. No basto el tono tímido para que el castaño le mirase de repente.
"Cierra el pico, simia, no te hablé a ti." comentó, para luego disponer la vista en Harry, cuál este mantenia aun la vista abajo, mirando sus manos.
Los demás integrantes de aquel grupete le miraban riéndose, tal vez contando bromas o creando rumeros inexistentes en esta realidad. La chica después no dijo más nada, ignoro al castaño por el fallido intento de defender al rizado.
"¿Estás ignorandome?" comenzó a decir, agarrandolo de las mejillas, el rizado cerro los ojos, no quería la verdad no estaba en sus planes verle. "Vamos abré los ojos, si soy bonito, dejate de hacer el difícil." sonrió con descaro pero Harry no le hizo el menor caso, trago con dificultad.
Las mejillas empezaron a colorarse, el apretón cada vez comenzaba a dolerle más. Punzante, como una daga.
"Louis, vamos a molestar a alguien más. Sabes qué Styles es un inútil, no va a hacer nada para defenderse." comentó Steve, la actitud sumisa del rizado no era de algo que entretuviese.
"Espera un poco, ¡Vamos!" le gritó, dispuso una rodilla donde Harry había dejado un hueco, para que Louis la hunda con fuerza y presionar con dolor su entrepierna. El rizado, por una parte quería de verdad gritar, todo el curso les veía pero nadie hacia nada, aquellos riendose, el maldito de Tomlinson esperando alguna respuesta de su parte. Todo en vano.
Louis presionó aun más.
"¡Cara de rana, habla!" grito, y fue lo suficiente para que la profesora llegara a tiempo y todos corriesen a sus asientos.
Por lo tanto Harry, quedó tendido contra la ventana que estaba tras suyo en el banco, las mejillas estaban rojas y unas lagrimas estaban por aparecer en el borde de sus ojos. Las piernas le temblaban, en sí, sentia miedo.
Charlotte, se acerco hasta él con preocupación. "¿Qué pasó aquí?" observa a todos, determinando una mirada sería al curso. Nadie decía nada, el calefactor era el único que parecía no callarse. "Oh, dios qué te paso. ¿Te encuentras bien?" reaccionó al poco instante, cuando miro al ruloso, las frias manos de la mujer tomaron las blanquesinas y le miro preocupada. "¿Quién te hizo esto?"
Aquella última pregunta rondaba la cabeza de Harry una y otra vez, el solo movimiento que hizo fue girar su cabeza, para chocar con aquellos ojos azules, tan azules como el mismo mar, como el cielo en el anochecer que brillaban, las estrellas bailaban en el, danzando una sinfonía que solamente sabría el ojiverde, este se mordia el labio nervioso, con aquellas largas pestañas batiendose en microsegundos tan sincronizadas, maldita sea. La profesora también se detuvo a apreciar a Louis, o eso creyó el rizado.

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Vueltas. L.s
FanfictionEl mundo es redondo, da vueltas y vueltas. Todo puede cambiar, las cosas, las personas.