Vueltas. L.s

Capítulo 3.

Después de aquel incidente ocurrido, todo comenzó a ser un caos, un maldito problema en casa, pero el infierno también se desató en el intituto, si antes Tomlinson no le dejaba en paz, ahora menos. Le hacía todo lo posible para qué se termine cambiandose de sitio.

"¡Abre rata asquerosa!" golpeó con dureza el metal de la puerta, la cuál el rizado había cerrado con rapidez mientras se sentaba en el suelo a llorar, negando. Negando dejarle entrar. "¡Sal de ahí, animal, esos dedos necesitan reformas!" exclamó sin dejar de patear la puerta.

Harry además de disponer su torso en el metal frío, duro, podría decir que por lo menos le protegía de aquel omega. Las lágrimas salían nuevamente remojando todo a su paso, en sí, temblaba, tenía miedo, sus manos con cuidado se acomodaron sobre sus rodillas junto a su pecho, los dedos le ardían, Louis trató de lastimarselos y lo logró, le rajuño a más no poder.

"¡Nadie está aquí para defenderte!¡Ya debes entender qué no eres mi alfa. No te dejaré qué ni te lo imagines!" su voz chillona estaba más que molesta, aquel baile había sido todo un error, era certero qué se dio cuenta en cuando respondió el rugido de celo del alfa y su omega le contestó, era el encuentro de sus llamas por un momento lo fue, ya qué la parte razonal de Louis, le enfadó bastante.

Sus orbes verdes estaban aguados y con los dientes mordia su labio inferior, quería escapar, pero sólo podía llorar,  jadeo un poco adolorido, seguía allí en aquella esquina junto a la puerta, impidiendo dejarse lastimar, quería aguantar pero no podía, la verdad qué no. Los golpes dejaron de escucharse y supuso qué Louis se había marchado pero eso no logró que se moviese de su lugar, su siguiente clase la tenía junto a él y no quería molestarle con su prescencia, se negó a salir del baño.

Cuando de repente, entró por la ventana, bajando de un salto y mirarle con enfado. Harry le miro atónito, no podía alejarse más, supuso qué se transformo en un felino para poder pasar por aquella abertura, pero no le había visto siquiera un poco ya qué se concentraba en sollozar.

"No vas a escapar de mí, maldito bastardo." se acercó de forma lenta, para mirarle desde arriba y tomarle de los cabellos, Harry no soportó, no aguanto no gritar con fuerza, sus manos iban hasta la bronceada para quitarselo de encima, pero no podía, simplemente no quería tocar a Louis. "Sino te largas de este lugar para mañana la vas a pasar muy mal." lo empujó contra el lavado, y su cabeza chocó contra este.

Los ojos le dieron vueltas, eso nunca se la había esperado, pero no decía nada estaba allí, llorando por lo bajo, y Louis le pateo a más no poder, sentía el ambiente pasado, el castaño realmente ardía en llamas por dentro. Sus brazos parecían fallar en tratar de levantarse, no podía, realmente no tenía las fuerzas.

La salvación llego cuando en vez de recibir un puñetazo la voz de Liam se hizo notar para detener a su agresor. "¿Qué mierda haces en mi sitio?" contestó con enfado, después de mirar a Harry tendido en el piso.

"No es asunto tuyo, gordo estúpido." el ceño fruncido del de orbes marrones no sé iba, empujó al castaño con fuerza hacia la pared a unos pasos de ellos y este calló por completo, mirando sus palmas, se había raspado un poco al tratar de sostenerse.

"Lárgate de aquí o tu cara va estar en la portada en el sector de comedia de la escuela."

Louis se interpuso gruñendo un poco. Pero Liam no sé quedó atrás, haciéndolo más grave, asustando al castaño. "Voy a irme cuándo termine con el esqueleto al cuál llamas amigo."

"Ya me cansaste, ¿te divierte hacerle daño? Veamos cómo se siente en ti." contestó medio risueño, nada temiente al omega. Cuál se había puesto de pie.

"¿Qué vas a hacerme?¿Aplastarme?" río un poco.

"No intentes joder, qué tu grupito no está aquí." Louis fruncio el ceño una vez más, nada divertido. Pero sólo recibió un gruñido qué logró hechizarle de alguna manera las piernas, cayó al instante, la voz alfa de Liam logró que su corazón comenzará a rezonar entre sus paredes del interior, el miedo surgió en su sistema. "Vaya sumiso, ¿no crees?" se acercó a él, el de cabello castaño roble retrocedio para atrás.