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Recargado en la silla giratoria y dándole la espalda a su secretaria le dio una simple respuesta para que regresara a su lugar fuera de su oficina.

Miró por el gran ventanal que tenía frente a él, la gente desde arriba se veían como pequeñas hormigas buscando comida o regresando al hormiguero.

Se sentía estresado, odiaba que su párpado le temblara cada segundo o que en su escritorio estén miles de papeles que requerían de él, algunos eran permisos, otros contratos con socios, uno que otro aviso para la construcción de un nuevo hotel en Latinoamérica y otros papeles que no sabía porqué le llegaban a él.

Definitivamente necesitaba un respiro.

Se escucharon tres toques a la puerta y sin esperar una respuesta por parte de Jimin, un rubio entró enfadado.

–No lo soporto. -Dijo frente al escritorio.

–¿Ahora que? -Jimin contestó esperando lo que venía.

–No me preguntó si quería pan.

Aún sin voltearlo a ver, Jimin sonrió divertido. –Es mejor, ¿sabes cuántas calorías tiene el pan?

–No me interesa.

–Entre 230 y 400 calorías dependiendo del pan.

–No quiero hablar de las calorías que Min Yoongi no me compró, hablo de que no me preguntó si quería algo y eso significa que ya no le importo. -Jimin giró su silla poco a poco hasta ver a su mejor amigo con la cara roja.

–¿De verdad te molesta tanto que no te haya preguntado? -Dijo mientras apoyaba sus codos al escritorio.

–No.

–¿Enton...

–¡Por su puesto que si! -Alzó sus brazos. –Es una señal de que ya no le intereso y quiere romper conmigo.

–Cada día me sorprendes más por las tonterías que salen de tu boca. -Taehyung se cruzó de brazos asombrado por el comentario de Jimin.

–¿Estás de su lado ahora?

–Por favor no empieces, no soy tu novio para aguantarte estos reproches.

–Pero eres mi mejor amigo y los mejores amigos se aguantan de todo, hasta de los celos.

–Taehyung. -El pelinegro sobó una de sus sienes. –Platicaremos de esto luego, ¿de acuerdo? -Se acomodó en su lugar. –Necesito ver de qué tratan estos papeles y no podré saberlo si estás aquí reprochándome.

–Bien, te esperaré en el primer piso en la hora de comida. -Fue hacia las puertas marrones pero antes de salir espero la respuesta del pelinegro.

–Te veo ahí. -Dijo mientras empezaba a hojear el primer folder.

En las siguientes tres horas no fue interrumpido por alguien más y pudo terminar la mitad del montón que estaba en la esquina de su escritorio. Salió de su oficina y de paso le dio indicaciones sobre esa mitad del montón a su secretaria.

–Si, señor. -Hizo una reverencia y fue por ellos.

Al menos ya podía sentir un ligero peso sobre sus hombros, regresando tal vez termine todo para hoy.

Las puertas del ascensor se abrieron y notó que ya no existía un rubio enojado sino uno muy enamorado.

Antes de llegar con el par, carraspeó para terminar con la pequeña sesión de besos acaramelados.

–Procuren hacerlo en un cuarto y no frente a todo el mundo.

–Lo lamento pero tu mejor amigo atacó primero. -Se excusó Yoongi mientras tomaba la mano del otro.

Black WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora