3. Lunes, vuelta a la rutina.

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Lunes, 15 de septiembre.

De un salto me levanté de la cama, poniéndome la ropa y mis medias favoritas. De otro salto, fui a peinar mi alborotada melena multicolor. Tan pronto como fui al cuarto de baño me encontraba ya en la cocina desayunando medio atragantada. Cogí la mochila, le di un besazo a mi hermana que estaba despierta y me fui corriendo eufórica a la espera de mis amigos. Habíamos quedado en una parada de bus cercana al instituto. Allí nos encontraríamos quince minutos antes para vernos y charlar y luego caminar juntos hasta clase...

Y salí de mi habitación poniéndome mi chupa de cuero y colgándome los cascos al cuello con la música a tope, volvería otra vez a mi patética clase con patéticos alumnos, pero me da igual estando con mis amigos. Como siempre, llegaría a la parada un poco mas tarde que ellos, ya que siempre soy la última en arreglarme. Sin despedirme de nadie, cogí el desayuno y me fui pitando de casa.

-¡Ay, que ilusión que ilusión! Te espero Anikki, este será el mejor curso de mi vida.- Dicho esto y ya vestido, cogió su gran bocata para desayunar y se fue corriendo, tropezándose en la acera, con los cordones desatados. Se le ensució el pan y se dobló el tobillo. ¡Que mala pata! ¡Pobre!

Ya en la parada, se saludaron con un enorme y largo abrazo, y se dieron cuenta de cuánto habían cambiado, Anikki no dejaba de mirar el largo cabello de su amiga.

-¡Te lo has tintado! ¡Te queda genial!

-Creo que te lo dije, siempre quise tener el pelo morado.

-Noah, cada día pareces más chunga.

-Y tu sigues igual de tonto que siempre. No has cambiado, rubio. Pero igual se te quiere un montón. Y vamos o llegaremos tarde, no quiero liarla ya el primer día.

-Sí, vamos chicos.

Antes de entrar, se pusieron a mirar las listas. Efectivamente, les había tocado juntos, en 4°A, o al menos, a dos de ellos...

-A ver dónde te han puesto...Noah Müller, Noah Müller...pues no, mala suerte, estas en 4°B.

-¿Quée? ¡Mierda! ¡Y encima con toda esa gentuza desconocida!...Pues nada, adiós chicos, nos vemos en el recreo.

-Anikki, siéntate entonces conmigo ¿sí?

-Vale.

-Qué bien.

Bueno, esta es vuestra clase, 4°B, como ya sois maduros no será necesario tener que explicaros casi nada el primer día, sois responsables y sabéis lo que tenéis que hacer. ¿Hay preguntas? Bueno pues mochilas fuera de la mesa, y tu señorita...

-Müller, Noah Müller

-Siéntese correctamente.

-Ya has oído, guapa.

-Tú callate.

-Vaya, la chica está furiosa...No quiero llevarme mal contigo, además eres muy mona.

-Pfff...

-¡Silencio, por favor! Como buenos alumnos tenéis que intentar llevaros todos bien y respetaros más. Empecemos con buen pie este primer día.                                                                 Suena la sirena, empieza el recreo.
                         ***
-Al fin, estas tres horas han sido aburridas y estresantes, nadie se acerca ni se acercará a mi si no soy yo la que lo haga. De todas formas no me aceptarán, y para eso mejor me voy sola.- Y encontró un rincón en el que se sentó, abrazándose las rodillas, contemplándolo todo, disimulando su tristeza y melancolía. De repente alguien aparece:

-Oye nena, ¿qué haces?¿Qué tal?

-Pues ya lo ves...

-¿Te importa que me siente a tu lado?

-No...(no me lo puedo creer, alguien se ha preocupado por mi y se ha acercado a charlar, debe ser una ilusión mía...)

                             ***

En el patio, se juntaron los tres a charlar.

-Tíos, en mi clase solo hay pelmazos, hay un chaval que no me quita el ojo de encima.

-Vaya, la nuestra de momento va bien, solo faltas tú.

-¡Heyyy! ¡Alemana!

-¡¿Otra vez tú? Lárgate, y por cierto, soy austriaca.

-Venga adiós. Nos vemos.

-Noah, es guapo y parece majo.

-¿Tú crees?

-A mi me parece guay. ¿Qué tal si lo traes con nosotros?

-¡Ni hablar, Kristoff!

-Venga, siempre he sido el único chico, traelo y seremos mas gente. ¿Cómo se llama?

-Oliver...                                                         Llegó la hora de volver a casa. Había sido una mañana agotadora y llena de sorpresas inesperadas para todos, tanto buenas como malas.

PōtaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora