🌊 ₍ᵔ๑・ᴥ・ᵔ₎ ❛ porque el chino sabía el humor que manejaba el castaño cuándo levantaban con bromillas. ❜
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seis y medía de la madrugada, la nocturna luz de la luna y sus fieles amigas las estrellas alumbraban a la jóven pareja de jefes, el pelirojo acariciando con delicadeza la cabellera del mayor dormido, enredando sus dedos en su cabellera y dando pequeñas caricias con sus pálidos dedos. mentiría si dijera que no estaba hace casi cinco minutos mimando al osito grandulon que era su novio cuando dormía.
levantó su cabeza al sentir que abrían la puerta con discreción aunque fueron escuchados por el menor, atrapando a emilio, wilson y taco con sus rostros de terror al ser pillados por el sub jefe de mecánicos. taco era quién había abierto la puerta, wilson tras el con un móvil listo para grabar todo y emilio al final con una maldita olla revalsada de agua y una notable crema de nata a sus espaldas. se miraron mutuamente casi un minuto ambos "bandos" en silencio, sorprendiendo se al ver que chino salía del nidito que era su cama con solamente sus boxers negros, dejando ver una que otra mordida en sus muslos aparte del desastre de chupones que era su cuello, hombros hasta brazos.
esa noche, horas atrás la parejita cuándo todos en la mansión habían salido de fiesta, habían tenido mambo.
- espelen que me vista. -
habló con un tono bajó y ronco sorprendido al ver que no les echaba a golpes o con una navaja voladora que más de una vez escobilla tenía que esquivar cuándo tenía que levantar a la parejita de su nido de amor. con la atenta mirada de todos se agachó abriendo con cuidado el ropero que compartía sacando sin preocupación una camisa mangas cortas del más alto y corpulento; quedándo tierno ya que la camisa cubría el principio de sus muslos y le quedaba extremadamente holgada.
casi una hora después un gutural grito resonó en la mansión, seguido de escandalosas risas de los causantes del gritó, taco había salido corriendo hacía la habitación de walker al esuchar al jefe de mecánicos tan enfadado, mientras emilio dudaba realmente si seguir con la broma al ver a nadando tan alterado y enfadado. mientras los únicos que seguían riéndose a grandes y locas carcajadas eran kalahari y el rubio de barba blanca.
- ¡largo! -
(. . .)
el desayuno más incómodo y tenso que alguna vez gustabo y horacio en los meses que llevaban de incógnito presenciaban entre la mafia, los primos rodríguez y gringo estaban en una esquina hablando entre ellos por lo bajó, ellos no tenían nada que ver y no iban a permitir que les enojó se contagie entre ellos, mientras el grupito de la bromilla estaba en otra esquina, con emilio y taco chillando del miedo, mientras wilson comía con tanta calma como si nada hubiera pasado, más sin embargo la personita que estaba a su lado ni siquiera había tocado su exquisito desayuno de tocino, huevos revueltos y jugo de naranja.
los pesados pasos del mayor se hicieron de escuchar mientras bajaba las escaleras, sin saludar a ninguno pasando directo a la cocina para preparar su café amargó mientras dejaba el desayuno en la isla de la cocina, ni siquiera comerían en la misma mesa.
- jodel. -
murmuró chino al ver como emilio y taco prácticamente corrían de la situación tras los otros tres de la mansión hacía la piscina dónde estaban manolo y tonet hablando de sus cosas de "tío a sobrino" y esas mierdas, miró al rubio a su costado tan indiferente a la situación y sin ningún remordimiento. ramen con coraje que reunión mientras estaba perdido en su mundillo se acercó a la cocina siendo consciente que wilson robaría su perfecto desayuno sin comer.
lo miró tomando con el ceño fruncido su bebida mañanera, se notaba que no había despertado con buenos humos, aparte de tener sus cabellos mojados y pegados a su frente ni siquiera se había logrado secar bien, el remordimiento golpeó el estómago de kalahari al tener la mirada pesada y enfadad del mayor sobre el. con pequeños pasos llegó hacía su taburete girando para que dejará su regazo libre así poder sentarse sobre esté, soltando algo parecido a un gemido de necesidad al ver lo indiferente y frío que actuaba armando con el, no le gustaba.
- pol favo' - murmuró casi en súplica con el notó que siempre era el talón de aquiles en nadando, obedeciendo su petición sin cambiar su mirada o rostro serio - lo siento. -
armando lo miró con ojos filosos y firmes, viendo a su pequeño novio arrepentido de jugarle una gran broma pesada, con sus bellos ojitos brillantes, mejillas y nariz rojizas, en su regazo, exigiendo su atención como niño caprichoso que era. no podía seguir sabiendo que su niño estaba malito por no tener lo que quería, era tan blando con el asiático.
con firmeza tomó con una mano su cintura apegándose a el, mientras con al otra tomaba con furia una de sus nalgas, sonriendo con superioridad al sentir como enrollaba sus lindas piernas blancas se enrollaban en su cintura como escondía su rostro y lo que le terminó de convencer el jadeó sin vergüenza que salió siendo ahogado por el cuello del mayor dónde su sonrojado rostro estaba escondido.
- no vuelvas hacer me ese tipo de bromas ¿entendido? - habló demandante y autoritario, con una mano dejando un pellizco en la nalga del pelirojo quién simplemente asintió sonrojado sin querer hablar - palabras yunnie, otra no vuelvas hacer me ese tipo de bromas ¿entendido? -
- s-si. -
joder, dónde había quedado el demandante, explosivo y gruñón jefe de la organización, ése mismo jefe con las manos manchadas de sangre, sed de venganza y que disfrutaba los atracos o torturas como niño en una juguetería, esa misma estaba en su regazo, temblando, jadeando, sonrojado y nervioso, tan sumiso. faceta que hasta ahora nadando había ayudado a descubrir, y a armando amaba enormemente ver a su explosivo chico sumiso ante sus toques y palabras.
- arregla la habitación, estás castigado sin besos hasta que todo esté como antes. - demandó, dejando un deseoso roce de labios, dando un pequeño y juguetón golpe en su trasero viendo como el pequeño se sobresalta va mientras se alejaba dispuesto a cumplir la orden - a la noche te quiero en la cama, con la ropita que me gusta ¿si?. -
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