[¹, ² temp]~¡Mᥙᥱ́strᥲmᥱ ᥙᥒᥲ soᥒrιsᥲ, qᥙᥱrιdᥲ!~ Aᥣᥲstor x T/N~

~51~

Narra Alastor:

Solté un suspiro y me acomodé a su lado. Eran como las cuatro de la mañana ya.

La abracé para sentir su calor pero en ese momento ella habló:

T/N.—Ah, pensé que estabas dormido...

Alastor.—Bueno, me gustaría, cariño. Pero resulta que la intimidad de hace poco me deja muy pensativo —murmuré.

T/N.—Ya veo —burló—. Tranquilo. No eres el único. Nunca pensé que haría estas cosas contigo.

Amplié mi sonrisa:

Alastor.—Ya qué... Descansa ya —dije, plantando un beso en su cabeza.

T/N.—Anhelaría eso, porque tu manera de dormir me da miedo. Parece que me vas a...

Alastor.—No es mi culpa que duerma así. Ahora duérmete.

Ella soltó una pequeña risa y solo se acomodó en mi pecho deseando mi descanso.

~~~

Horas después me levanté y ella no estaba conmigo. Pero desde afuera escuchaba su voz junto a la de Niffty.

Decidí teletransportarme a mi habitación y me aseé. Después de unos minutos salí y lo que me encontré fue súper incómodo para T/N aparentemente:

Niffty.—¿Por qué las sábanas de esta cama están desarregladas?

T/N.—Ah... yo dormí ahí... —mintió. Corrección: dormimos.

Niffty.—Ah, bueno —dijo, tranquila y entró a la habitación y la empezó a ordenar con velocidad.

Me le acerqué a T/N, quien tenía aquellos papeles donde iba anotando y chequeando algunas cosas.

T/N.—Al menos hubieses arreglado la cama —murmuró en voz baja.

Alastor.—No le miraba la necesidad, querida —dije con simpleza.

En ese momento Niffty salió sonrojada teniendo las sábanas con las que nos arropamos mi querida y yo:

Niffty.—Ah... ¿Segura que dormiste sola? Porque las sábanas tienen fluidos sexuales...

Por un momento T/N casi cierra los puños en los papeles. Yo mantenía mi sonrisa.

Alastor.—Oh, T/N, no conocía ese lado tuyo —dije haciéndome el asqueado y sorprendido.

T/N.—Vamos... vamos a la siguiente habitación, Niffty —balbuceó, aparentemente, molesta.

Niffty.—Pero, las sábanas...

T/N.—¡Deja las pu¡BI! sábanas ahí! —dijo y luego reaccionó—. Sólo... sólo déjalas ahí. Luego las lavas.

Niffty.—Ah, bien —dijo tranquila y se fue corriendo con las sábanas. Luego volvió sin ellas y se fue con T/N.

Yo entrecerré mis ojos con diversión.

Vaggie.—¿Qué son esos gritos? —cuestionó, mientras subía las escaleras.

Alastor.—Oh, nada, nada, querida. Cosas de T/N y Niffty.