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Su estomago rugía como un león por el hambre. No había comido durante días, como tres días más o menos. Había pasado días y días en busca de comida, que ahora ni siquiera sabe donde queda su cueva, incluso creo que su cueva esta demasiado lejos, lo que significa que ahora no solo tendría que buscar comida, si no también un lugar donde refugiarse, algo difícil de encontrar. 

Andaba de mal humor por ello, hasta que de repente un olor delicioso  llega a sus fosas nasales. Sin dudarlo, persiguió aquel olor, que lo llevo a una cabaña. No confiaba mucho en las cabañas, ya que allí vivían humanos, especialmente cazadores de animales. No quería terminar siendo un animal muerto, pero el olor era tan delicioso, no podía retroceder y detenerse. 

Por suerte, la puerta estaba abierta. Entro cuidadosamente y sigilosamente, mirando y atento al su alrededor. Llego en una mesa, donde estaba un pedazo y apetitosa carne. Inmediatamente le dio una mordida, pero como estaba caliente, lo soltó y chillo por haberse quemado la lengua. 

De repente sus orejas se alzaron al escuchar unos pasos venir. Inmediatamente se posiciono en modo ataque, listo para cualquier cosa. 

Hasta que el rostro del dueño de aquellos pasos se revelo. Al parecer no tenía ninguna arma y no tenía uniforme de un cazador de animales y mucho menos tenia pinta de ser un cazador de animales. Era todo lo contrario, tenía rostro de un bebe, piel de porcelana y unos ojitos super lindos que se ganaron completamente la atención del lobo. Parecía estar asustado por la presencia del animal en su cabaña. 

Lo examino de arriba y abajo, para asegurarse que no tenía nada y estaba en lo cierto.

Aquel humano era una presa fácil, se veía tan apetitoso y delicioso, unas inmensas ganas de devorárselo en una lo atacaron. Incluso es mucho mejor que ese pedazo de carne en la mesa, le dudaría una semana más o menos; pero se negaba completamente a comérselo, se veía tan tierno y lindo asustado, que le daba pena. De verdad, nunca había visto algo tan hermoso como aquel humano, como para destrozarlo. 

-  Shu shu shu fuera lobo.- Dijo temeroso, dándole una señal de que se fuera.- 

El lobo en vez de irse, se acerco aún más al humano, queriendo admirarlo aún más de cerca. Aquel humano retrocedía cada vez más, hasta llegar en una esquina sin salida. Solo pedía piedad y suerte por su vida, que el lobo no le hiciera daño. No sería capaz de enfrentarse a un animal. 

De un momento a otro; el lobo salto sobre el humano, para que este cayera y quedará bajo suyo. El humano se quedo más tieso que una estatua, rezando por dentro que no le pasara nada. Cerro los ojos fuertemente esperando un mordisco, pero en vez de eso, sintió como el lobo lamia su mejilla, como si se tratase de un perro juguetón. Aún así, el miedo aún no desaparecía. 

- ¿Qui-quieres comida? 

El lobo al escuchar la palabra ''comida'' inmediatamente se salió dejando libre al humano, sentándose, mostrando su lengua y moviendo la cola de un lado para otro emocionado. El humano lo entendió como un ''sí''. 

Se fue a la cocina donde estaba toda la carne, para traérsela al lobo y dársela. Este lo recibió gustosamente, comiéndolo con desesperación. Quien no, cuando no ha comido durante días. 

El lobo satisfecho, ya lleno, se fue a unos de los sofás a acostarse. No quería irse de esta cabaña después de todo. 

- Lobito, creo que es hora que te vayas...shu shu shu.- Trato de correrlo, pero solo recibió un gruñido, dándole entender que no quería irse.- bueno...no creo que sería tan malo que te quedes un día.

Pensó que el lobo se quedaría en el sofá, pero a la hora de ir a su habitación para descansar, el lobo lo persiguió, entrando junto con él. Inmediatamente este al ver la acogedora cama, se acostó allí. 

El humano intento de que se bajara, pero nuevamente solo recibió un gruñido amenazador. Ahora le tocaba dormir junto a un lobo, que quizás lo vaya a comer por la noche. 

- Me sorprende que no es un lobo salvaje como aparentas, bueno los lobos normalmente son salvaje ¿Por qué tú no? Me presento, me llamo Jeongin...mmm que nombre te pongo? 

El lobo fue en busca de un color, hasta encontrarse con un color. Lo tomo con su boca, comenzando a escribir letra por letra su nombre en el suelo. Jeongin abrió la boca de asombro porque nunca había visto un animal tan inteligente como este lobo que se lo había encontrado de casualidad. Se le dificultaba leer por su letra, pero pudo entender que decía ''Seungmin''. 

- Mmm muy bonito pero prefiero llamarte como apodo ''Minnie''. Por cierto, eres muy inteligente ¿Me entiendes?

Seungmin asintió.  

- Oh vaya, se me será más fácil mantenerte un día. Bueno ¿No vas a venir  a dormir?

Seungmin regresó nuevamente a la cama, metiéndose bajo las sabanas, viéndose como una bolita. Se posicionó y se acomodo a lado de Jeongin lo mejor posible. Iba a dormir, si no antes  de lamer el rostro de su nuevo amo, sacándole una sonrisa. lo miro todo embelesado ante esa sonrisa tan bella y hermosa que le brindaba, hacía que sus hermosos ojitos se hicieran más chiquitos, causándole ternura. Acaso este no era un ángel? 

- ¿Te gustaría que te abrace minnie?  

Seungmin asintió, dándole permiso. 

Jeongin un poco temeroso, abrazo con cuidado el cuerpo del lobo. Se sentía tan suave y esponjoso, a pesar de ser un lobo de las afueras. Aunque no iba a negar que apestaba un poco. 

- Uff si que necesitas un baño.

Comenzó acariciarlo. Al principio con inseguridad, pero después tomo confianza.

Seungmin se sintió mimado y protegido, disfrutando las suaves acaricias que le brindaba. Una extensa sonrisa se plasmaba en su rostro, aunque no se notaba mucho al ser un animal, pero si se convirtiera ahora mismo a su forma humana, vería lo mucho que lo estaba disfrutando. Su corazón se sentía feliz, algo que poco sucede, porque mayormente afuera le ocurría desgracias y casi siempre paraba deprimido; pero lo que le brindaba este humano, con tan solo una sonrisa, su corazón se conmovía. Era el mejor regalo del universo. 

De verdad le caían mal los humanos, pero nunca había conocido a un humano tan dulce y tierno como este. 

Pensaba que él primero iba a caer en el sueño, pero ocurrió al revés. No se quejaba, al contrario, estaba feliz, podía admirar más tranquilo las facciones del chico. Sus mejillas teñidas de un sutil color carmín, su pequeña naricita, su piel como la porcelana, sus pestañas largas, y por ultimo, sus labios color cereza tan apetitosos. Es una verdadera obra de arte para sus ojos, que hasta parecía irreal. Lastima que sea un humano y no hibrido como él.

Sin dudarlo, dio un pequeña lamida a esa pequeña naricita para después tratar de descansar. 

Inconscientemente se quedo dormido. 

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Otra pedorra historia sin haber terminado las demás porque estoy bien pendeja. Che pido perdón, pero es que ansiaba publicar ya esta historia.

Bueno espero sea de su agrado y les guste. 🤸‍♀️🤸‍♀️

y pues la portada toda simple pq no tengo mi celular ahora ctm pero si gustan hacerme uno, lo acepto con gusto. 💪

𝐌𝐄𝐋𝐎𝐂𝐎𝐓𝐎𝐍; SeunginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora