Liberen a los demonios √

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-Lloras por estupideces.

-Lo sé.

...

Aún cuando había sudado toda la tarde, aquella era una noche fría, perfecta para beber alcohol puro sin agregarle hielo. Su mano se aferraba a una botella de Ron, o tal vez Ginebra, no estaba lo suficientemente consciente para diferenciarlos, mas cuando su visión se nublaba con una capa de lágrimas.

Era ley, porque cada vez que ella se emborrachaba lloraba sin control.

Lloraba porque sus demonios escapaban de las celdas donde han estado atrapados todo este tiempo.

Porque el alcohol es la llave que los libera y les permite salir al mundo exterior.

Destruyendo todo a su paso.

Derriban la gran fortaleza que ella ha estado construyendo.

Y desnudan a la princesa.

La princesa es fuerte, ha dejado atrás todos los moustros y los ha encerrado; pero ellos deben salir, es malo guardarse todo, porque si los demonios salen algunas veces se mantienen en calma.

Encierra a tus demonios de por vida y lo peor sucederá.

Ellos se apoderaran de ti.

Se apoderaran de la princesa.

Ella se convierte en un demonio.

Y no, demonio no es sólo "Lucifer" o un "espíritu sobrenatural"; los demonios son la maldad, el lado oscuro de las cosas, cualquier relación con la religión queda en la conciencia propia.

Los demonios deben ser liberados, para que no se apoderen de la princesa y la conviertan en una de ellos.

La princesa no debe pudrirse por dentro.

-¿Estás bien?- Julieta volteó al escuchar una gruesa voz.

-No podría estar mejor, querido.- Habló con su característico acento italiano.

-Sólo pregunto, porque... estas llorando con una botella de Whisky en el tejado a las tres de la madrugada.- El menor se sentó junto a ella y le dio un trago a la casi vacía botella.

-Sólo he sacado a pasear a mis demonios.


Agnóstico (editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora