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Lunes 5 de Agosto, 5:45 a.m.
Millie Bobby Brown
El día de hoy estaba realmente emocionada por tercera vez desde que entre a la preparatoria. Mi corazón latía a mil por hora y mi reparación irregular eran las consecuencias de aquel sentimiento que me envolvía de pies a cabeza.
Algunos pequeños rayos de luz solar se colaban por la ventana de mi habitación al igual que una brisa fresca, la cual me provoco el deseo de seguir acostada en la suave cama donde yacía y como siempre le hago caso a mi cuerpo accedí dándome un sutil gusto por volver a cerrar los ojos.
He escuchado unos sutiles pasos afuera de la puerta indicando que, alguien entraría en algunos segundos así que me cubrí hasta la cabeza con el edredón que estaba usando. La puerta se abrió casi de inmediato, di un fugaz vistazo entre la gruesa tela para averiguar qué integrante de mi familia se dignó a entrar, sin desearlo se formó una sutil sonrisa en mi boca al observar de quien se trataba.
— ¡Millie, Millie, levántate! —ha gritado Ava, mi hermana menor al intentar destaparme puso toda la fuerza, que una niña de ocho años puede ejercer-se te está haciendo tarde- continuo con su intento de descubrirme el rostro, me aferre más imagine su cara de molestia al no hacerle caso-es el primer día de clases.
—¡Ava! — exclame en el preciso momento en que me deje ganar, afloje mi agarre por completo, la tela recorrió todo mi rostro hasta llegar al estómago —ya sé que es el primer día de clases, ayer no parabas de recordármelo— solté con bastante fastidio. Ella se quedó quieta como una estatua alado de la cama para luego cruzarse de brazos, sabía que iba hacer —¡No caeré en tus chantajes!
Ava subió el rostro un poco, me lanzo una mirada fulminante al momento de alzarle la voz, ella hizo un puchero con sus labios y de su boca emanó un largo suspiro. La conozco desde que nació se cuándo estoy en serios problemas con ella.