Underneath the mask |Iwabee Yuino| [1]

031.[Final]

De manera débil abrí mis ojos lentamente intentando recordar lo que había sucedido anteriormente. Hanako y Hiro habían sido dañados por los antiguos sujetos, pero por suerte logré salvarlos... Pero no pude salvarme..

— Ya era hora de que despertarás.

Jire lentamente mi cabeza encontrándome con un sujeto casi mayor y que utilizaba lentes, al percatarme de que me encontraba con vida rápidamente intente levantarme pero algo impedía que pudiera irme de ahí.

— No te muevas.— Hablo aquel hombre.— No he terminado de modificar el cuerpo.

— ¿Cuerpo...?— Mire abajo encontrandome con algunos cables cuales rodeaban mi cuerpo.

Pero lo que más me sorprendió era de que mi cuerpo parecía ser de un adolescente de 16 o 17 años, ¿Cuanto tiempo llevaba aquí?.

— ¿Quien es usted?.

— Amado.— Respondió sin haber apartado su vista de aquella computadora, mire mi alrededor encontrando el mismo cuerpo de la antigua mujer que había peleado.— Tuviste mucha suerte al sobrevivir en aquella pelea. Usualmente Delta no deja vivir a muchas personas.

— ¿Que hará conmigo..

— Lamentablemente el cuerpo que antes tuviste ya ha sido dañado.— Este me miro fijamente.— Pero creo que con este te será mucho más fácil.

— ¿Cuanto tiempo llevo aquí?.

— Apenas unas dos semanas.— Se levantó de su asiento y comenzó a caminar hasta donde me encontraba.— Necesitas acostumbrarte a tu nuevo cuerpo.

Iba a preguntar algo pero me calle en cuanto sentí como amado retiraba aquellos cables y dejaba ver mi cuerpo-cual estaba vestido- y observar como el antiguo sujeto de antifaz de antes entraba por la puerta.

— Veo que ya la transferencia ya está completa.— De alguna manera aquel sujeto me hacía recordar a alguien.— Koji, mi nombre es Koji.

— Tu...

— Avísale a Jigen de que ya despertó.— Le ordenó amado a lo cual Koji asintio y comenzó a irse nuevamente.— ¿Puedes mover tu cuerpo?.

No dije nada y simplemente me incline hacia adelante observando con más detalles aquel cuerpo nuevo.

— Bien. Acompáñame.

Cuando al fin me habían levantado sentí como comenzaba a tambalearme hasta que caí de rodillas al suelo.

— Tendrás que acostumbrarte a ese cuerpo.— Me hablo estando el en la puerta.

— Tengo que volver...— Murmuré levantando mi cabeza observando al señor amado.— Tengo que volver a Konoha...

— ¿Konoha?.— Pronunció.— Eso lo decidirá Jigen, ahora camina.

Me levanté con cuidado comenzando a caminar detrás de él observando con detalles la cueva que nos encontrábamos, cuando llegue me tope con la sorpresa de que había unos niños en unas grandes bolsas siendo sostenidas por cables, como si fuesen una vasija.

— Al fin la han traido.— Mire detrás mío encotrandome con un señor de apariencia extraña y en un parpadeó aquel hombre apareció enfrente mío mirándome fijamente.— Aún no está perfeccionado...

Comenzé a inquietarme al tenerlo observandome fijamente, hasta que este se alejo dandome la espalda.

— Escucha. Apartir de ahora perteneces a la organización Kara.— Hablo de repente dejándome perpleja y confundída.

— Espera ¿De que estás hablando?.— Me aleje de el.— ¿Quiénes son ustedes? ¿Porque me trajeron aquí? Y lo más importante... ¿¡Dónde están mis dulces!?.