Capítulo 2

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——————Esgoísta—————

*—No es eso imbécil, sólo que a pesar del tiempo que los conozco jamás lo dijeron en voz alta.—

—¿Al rey le molesta que no se le haga un anuncio oficial de cada pareja a su alrededor?.—

—Deja de ser sarcástico y ve al grano.—

—Bien... Pues te contaré una corta historia. Cállate y no me interrumpas.— El chico azabache acató la orden pues si seguían con la discusión jamás terminarían. Le hizo una seña para que siguiera mientras él tomaba el otro tenedor dispuesto a seguir comiendo.

—Cuando íbamos en tercer grado de secundaria, antes de entrar a Karasuno... Tuvimos nuestra primer pelea.— El rubio se puso serio —No fué una pelea como tal pues nunca nos hemos golpeado ni siquiera alzado la voz. Pero ese día recuerdo que fué la primera vez que una niña se me declaró. Acepté por mera curiosidad y no entendía por qué Yamaguchi se puso tan serio conmigo, dejó de hablarme y poco después recuerdo que me dijo que se iría a Nigata a una preparatoria pública al centro de la ciudad y pues justo ahí fuí conciente de que lo único que no quería era que se alejara de mí. Pensé en las posibilidades y razones de ese sentimiento pero cada conclusión no era lo que realmente sentía. Fué cuando supe que la necesidad de estar junto a alguien también se traduce a "amor" y pues después vienen otras cosas... Como celos, deseo y todo sobre esa persona se vuelve una necesidad y ya no es una opción.—

El más alto terminó su narración, pues los nervios de tener a un Kageyama "Dándose cuenta de sus sentimientos" justo frente a él lo empezó a poner incómodo.

El setter dejó de comer y sus ojos amenazaban con soltar lágrimas nuevamente.
Tsukishima no pensó que el gran idiota de el rey entendiera a la primera lo que trataba de hacerle ver pero el sonrojo y la boca abierta del más bajo delató que realmente pensaban en lo mismo...

"Estás enamorado de Hinata"... Esa frase se paseó por su cabeza como un eco molesto mientras recordaba cada vez que inconscientemente quería estar cerca del pelinaranja, cada vez que quería tocarlo sin saber realmente por qué o de qué manera y terminaba golpeándolo, cada vez que su estómago se hacía un nudo cuando el pequeño gigante se iba un fin de semana con Kenma-san.

Realmente nunca pensó que así se sentía estar enamorado o gustar de alguien pues, él jamás tuvo esa intención.

Cada año desde sus 12, él recibía al menos una docena de chocolates el día de San Valentín y también desde entonces las chicas lo citaban en la parte de atrás de los salones para decirles sus sentimientos. Y justo como Tsukishima dijo, a veces quería aceptar pues le daba curiosidad cómo funcionaban esas cosas pero al final decidía que el sacrificio era más grande que la recompensa.

Jamás pensó en cómo se sentía el amor o el deseo sexual... Su única comparación era el volleyball. Él amaba el volleyball.
Pero no entendía si eso mismo aplicaba en Hinata.

—Hinata es un hombre.— Dijo como primer comentario pues no aceptaría fácilmente que Tsukishima lo ayudó a entender que estaba hasta las manos de enamoramiento.

—¿... Yyyy?—

—No se supone que sea lo normal, que tú te hayas enamorado de tu mejor amigo no quiere decir que todos tengamos que ser igual.—

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⏰ Última actualización: Apr 14, 2021 ⏰

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