A veces me olvido de mirar hacia arriba
de torcer el cuello, respirar profundo,
de olvidar lo cotidiano;
de pensar en el presente,
el cual se escapa
segundo tras segundoA veces me olvido de andar liviano,
de mirar al frente,
de tirar la capa,
de lanzar todas las piedras
del globo aerostático.De olvidar lo que no siento,
de estar en el trampolín
de la quietud
y aún así ser erráticoA veces me olvido del tiempo
y no pienso en el trajín
de permanecer estático