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Si tengo que hablar de confianza, puedo decir que es a la hora de hablar con mis padres, y fue cuando una mentira de parte mia fue revelada, lo cual se enteraron demasiado rápido y no lo volví a hacer.

Me di cuenta que no era necesario ocultarles nada y si les decía la verdad el grito o mi llanto no sería grande como aquella vez.

La pregunta ahora era ¿Algo que ellos me puedan ocultar? Nada se me venia a la mente y era slgo tortuoso pensar en que me ocultaran algo.

Aparte son adultos ¿Por qué tendrian la necesidad de mentir?, se supone que ellos son un ejemplo para mí y a veces yo un ejemplo para ellos, por lo que es mutuo.

Me puse frente de ellos al llegar de mis clases de refuerzo en matemática, sus ojos estaban en mí en todo momento y se me hizo extraño.

"¿Pasa algo?" hablo mi papá, haciéndose aun lado de mi madre y, me senté al centro.

"¿Ustedes me ocultan algo?" me gire a ver a ambos, quienes cruzaron miradas sin decir algo.

"No, ¿Por qué?" esta vez hablo mi mamá, que sobaba mis cabellos marrones.

"Bueno, estuve hablando..." mordí mi labio inferior "...con el moustró debajo de mi cama" los volví a mirarla y volvieron a cruzar miradas.

"No cariño, nada te ocultamos" mire a mi madre y abrace "¿Quieres dormir con nosotros?" alce mi vista y asentí.

"Me gusta dormir con ustedes" sonreí.

Me pare de mi lugar y fui a mi habitación.

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La criatura ya se encontraba debajo del lugar para volver a hablar con el niño, pero la luz se prendió y se hizo trasparente ante el hecho, su ojos miraban los pies ya conocidos por él, pues seis años conoce al muchacho/a y es algo asombroso para él y triste a la vez.

Volvió a aparecer al ver que la luz se apagaba, suspiro y se agarró su cabeza.

"Pronto te darás cuenta que los adultos pueden ser crueles" sonrió de lado y durmió al sentir al humano hacer lo mismo con una calidez.

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Corrí por el campo sintiéndome libre.

Eran vacaciones, el año escolar ya había terminado en un abrir y cerrar de ojos, aun le tengo miedo al moustró de mi cuarto y una tres o cinco veces duermo con mis padres, lo que no les molesta y menos a mi porque lo disfrutó.

Sonreí al sentir el agua en mis pies, sentándome en el césped y mirando hacia el atardecer, las nubes pintadas de colores primarios.

Los días pasan volando y se acercaba navidad, les dije a mis padres que le digan a Santa que quiero una bicicleta o un hermanito. Al decirles eso, o bueno lo último abrieron en grande sus ojos y los mire confundido, pero me dijeron que le iban a decir de todas formas.

Yo, en espera del día 24 de diciembre y que fueran las doce en punto, para abrir mis regalos y ver mi obsequios. Estaba ansioso.

Mire como el sol bajaba lentamente, una imagen demasiado hermosa y que quisiera dibujarla en un papel con mis colores, no soy artista pero me gustaría serlo.

"¡Hijo ven ya está servido!" gire mi cabeza hasta mi hombro viendo con las justas, para pararme y ponerme mis zapatos

Corrí de nuevo y me senté en la mesa de madera y las sillas del mismo material, parecía un bufé, pero solo un poco por las comidas simples, una jarra de jugo de naranja, sándwiches, queso, fresas o leche.

"Woow..." tape mi boca y moví mis piernas en el aire "esto es- esto se ve delicioso" acerque mi mano a un sándwich pero recibí un golpe en ella, alejando mi mano rápidamente y sobándomela.

"Lávate las manos antes de comer" sonreí y asentí, poniéndome de pie y corriendo dentro de la casa de madera.

Llegue al baño y prendí la luz en puntitas, me dirigí al fregadero, jale el banco de madera y me pare en él, subí la manija del agua y esta salió, pero no es mi imaginación el agua salía negra, me asuste y retrocedí cayéndome sentado en el piso, un aire frió me saco de mi sonrisa, la cortina de la ducha se movió y vi una sombra a penas.

Pensé que ya no lo vería pero era todo mentira, allí estaba, dándome terror como en todas las noches.

"Tu... ¿tu fui- fuiste el del agua negra?" Me puse de pie, retrocediendo un paso y sentir la puerta marrón detrás de mí.

"Ahora... ¿de qué color es?" se apoyó en la pared la criatura, viendo la tela con diseño de flores.

Mire a mi izquierda viendo de nuevo que estaba normal "¿Por qué sigues viniendo?" mordí mi labio "ya no te tengo miedo"

"No mientas" se cruzó de brazos suspirando "vengo a contarte una historia"

"Mi... mi mamá, y mi pa- papá están esperando, por... mi" no sabía si estaba mal decir esto, no sabía si saldría a atacar y comerme. Trague saliva, mis manos temblaban.

"Entonces te voy a decir esto" se enderezo, queriendo sacar la cortina de su lugar pero no podía su mano empezaba a desaparecer y no sabía el por qué "cuando sepas la verdad-"

"¿De qué verdad hablas?" dije arto con las cejas fruncidas y desesperado por dentrl "me tienes todas las noches con frases que no entiendo y bo soy adivinó."

"Tus padres te mientes" rechino sus dientes "y tú no puedes decir que no es verdad, porque yo sé todo y no te lo digo porque no me incumbe, otro moustró pudo haber ocupado mi puesto y te hubiera dicho todo"

"y ¿Cómo... como voy a saber si tú no mientes? Eres un monstruo, algo temible, horrible, me asustas. ¡Yo no podrias confiar en ti!" Las emociones se estaban esparciendo.

"Te va a doler el pecho y tus mejillas se volverán rojas, te faltara el aire y querrás no haber querido saberlo" se volvió a recostar en la pared. Suspiro "Oye anda vete, tu mamá ahorita viene" su voz estaba algo de caída pero para eso servía.

No lo pensé y abrí la puerta viendo a mis dos padres caminando hacia mí. Les sonreí y solo le dije...

"Hablaba con el monstruo, aún me da miedo" se pusieron de cunclillas.

"¿Dormimos contigo?" preguntaron a la vez.

"Mmh... me gustaría hablar más con él y saber un tema que tenemos pendiente" suspire, sería una gran batalla.



_Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de tí.


El Monstruo debajo de mi CamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora