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Corrí cuando apague la luz, saltando a mi cama y envolviéndome con las cobijas gruesas, alzando mis piernas, para que la manta se metiera entre ellas y así evitar que él no me llevara a arrastras y me comiera.

Me escondí bajo las cobijas, mientras presionaba los bordes para evitar que alzara la tela.

Pasos o suspiros escuchaba al otro lado de mi lugar, mi corazón latía, pensando que también lo escucharía, el aire se me acababa queriendo salir de las mantas y respirar aire fresco, pero mi terror y mis nervios no me iba a dejar hacerlo.

Un rechín sobre la madera inundo mis oídos, me temblaban las pierna por el frió y por el casi todo lo que conlleva saber lo que habia hecho eso.

Imaginaba sus uña largas y sucias, con la oscura madera del suelo siendo rasguñada y las paredes con manchas de sus huellas gigantescas, un pelaje negro con pequeñas mechas de color plomo, sus masa muscular grande y extremadamente fuerte, y ni que hablar de su rostro, no quería pensar en ello, pero no lo evitaba, colmillos de la medida de mi dedo índice, su hocico haciendo salir gruñidos furiosos por mi cobardía, y de sus ojos color ámbar rojo oscuro.

La peor imagen de mi vida.

De la nada ya no escuchaba nada y el silencio entorno mis oídos por completo, mi desespero de ir a la cama de mis padres era una idea primeriza que pasaba por mi mente, pero la pregunta era ¿Cómo llegaba hasta su habitación?, tendría que buscar un palo o un bate para poder defenderme.

Suspire y apreté mis puños en la tela, temblando al sentir el aire frió que venía de la ventana de mi habitación. Es que acaso no la habia cerrado.

Me senté lentamente en mi cama, y aun sentía mi corazón latir llevando mi mano para darle un par de golpes intentando asi que dejara de ser lo único que escuchara.

Una pelota salió de mi closet que tenía enfrente y sentí como si todo se detuviera. Trague duro y con mi respiración agitada logre vocalizar algo.

"A- alguien..." relamí mis labios, sin dejar de sentir que mi pecho subía y bajaba, y sin despejar mis manos hechas puños de la tela gruesa que me tapaba "¿alguien... está ahí?"

"Si crees tú que hay alguien" me estremecí al escuchar una voz ronca y varonil.

Me encogí en mi lugar y lleve mi colcha a la altura de mi nariz.

"N- no" no podía argumentar algo coherente y eso era desesperante.

"Ni siquiera me has visto y ya tiemblas" debajo de la cama un desconocido ser se miraba las uñas con una sonrisa burlesca, abriendo sus ojos al no recibir respuesta y levantando una ceja "si no hablas te puedo comer ahora" quiso bromear, pero claro que un niñx no podria entenderlo.

"No por favor" cerré fuertemente mis ojos, ya sintiendo que iba a llorar.

"Y... ¿puedo salir para que me veas?" intento hablar la criatura, queriendl aligerar el ambiente para el pobre.

"Si sales me vas a comer, prefiero que te quedes donde estas" busque con la mirada algún sitio donde lo podria hallar "p- pero..." suspire "¿Dónde te encuentras?" Apreto sus ojos y tomando una gran bocanada de aire.

"Debajo de tu cama" rodeo los ojos la peluda cosa azul oscura.

"Esperabas... esperabas a- a que me durmiera" mordí mi labio, sin dejar de temblar.

"Tal vez, pero ese no es mi trabajo"

Sin saber a que se refería, pensé un momento o discutí un momento con mi cabeza, ¿a qué se refería con mi trabajo?, nunca se me paso por la mente que criaturas raras fueran o supieran trabajar, pero no quita lo tenebrosa que es su voz.

"Oye mocoso" se recostó a espaldas mientras reposaba su cabeza a brazos cruzados detrás de ella, mientras sus largas patas se ponía una sobre otra y la movía "no quiero perder mi tiempo" gruño.

Temblé por el repentino gruñido salido de aquel sujeto o más bien monstruo, metiéndome en mis cobijas.

"Pensé que te orinarías" se siguio burlando, soltando carcajadas gruesas y tenebrosas "anda mocoso..." movió el colchón debajo.

Me agarre del respaldo viendo por la puerta que nadie venia o la luz del pasillo no se prendía.

"Si no vas a hablar yo lo haré" se movió en el suelo, recostando su pecho peludo en el piso de madera y su cabeza en sus brazos "¿Por qué le tienes miedo a lo que le tengas miedo?"

"Y-yo no le te- tengo miedo a nadie" suspire por el fallido intento de no tartamudear.

"¿A no?" intento no reírse "bueno digamos que te creo..."

"Bueno si le tengo miedo" me recosté en mi cama viendo el techo "¿Cómo te llamas?" se lamió sus labios intentando pensar que era muy normal hablar con alguien horripilante.

"¿Cómo te gustaría llamarme?" dejo de mirar el suelo y poso sus ojos al colchón, esperando alguna respuesta del niñx.

"¿Demon?" dudo por el nombre

"Tan grande es tu imaginación que piensa que me parezco a un demonio" entre cerro sus ojos color celeste cristal

"No tengo otro nombre, a menos que quieras que te diga monstruo"

"Pues suena menos vulgar y no me ofende" asintió la criatura.

EL silencio lo volví a escuchar y no sabía si tranquilizarme o ponerme más nervioso por aquello.

"¿Si- sigue ahí?" me asome al borde mi cama, no viendo nada.

"Pensé que dormías, te iba a jalar de la piernas"

"No... no puedo dormir, teniéndote a ti debajo de mi cama" me aleje del borde y acurruque en mis mantas.

"No sé si sentirme bien o mal por tu comentario" lamió sus dientes y dos colmillos el monstruo.

"Bue- bueno" 






-lo que sucedía en la pesadilla no tenia por que saberlo nadie.

El Monstruo debajo de mi CamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora