Sed

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Maratón 3/3

Pauline

No los encontré cuando llegue a la entrada del centro comercial, empecé a buscarlos por todos los alrededores, pero no estaban, volví a la entrada del centro comercial y no había nada. aún tenía mi agua, dos botellas, dentro de mi mochila, así que seguramente podría sobrevivir un rato, mire hacia el horizonte y divise las montañas a lo lejos. Sabia que el brazo derecho estaba en algún lugar de las montañas, por ahora ellos eran mi única alternativa, siempre y cuando no estuvieran muy lejos. decidí que mientras más rápido llegara mejor, así que empecé a trotar por el desierto con la camisa atada a la cabeza para así evitar que el sol me golpeara los ojos. no dure corriendo más que una hora o dos cuando necesite tomar agua, aunque me obligue a tomar poca debido a que no tenía demasiada

empecé a caminar rápido porque supe que correr no ayudaría. en la noche hice fuego y me cubrí con mi camisa, dure así un día o dos más, en el tercero se me acabó el agua. las montañas aún se veían muy lejos así que me obligue a seguir caminando, algún tiempo más tendría que aguantar. me detenía más o menos cada media hora y acumulaba saliva en la boca para tomarla como agua, caminaba lento cubriéndome del sol intentando no sudar demasiado. Cambie de estrategia y empecé a descansar durante el día y a moverme por la noche cuando aún estaba fresco, pero llego el momento en el que empecé a sentir demasiada sed. las piernas ya no me funcionaban como debían así que sólo podía arrastrarlas, mi vista se veía borrosa y me costaba respirar, me estaba deshidratado y no duraría mucho más sin agua.

Mis fuerzas se agotaron cuando escalaba por una duna, rodé por la ladera y caí boca arriba, mi cabeza dolía y ya no podía levantarme, intente mantener los ojos abiertos, pero no pude, me costaba demasiado. unos minutos después me rendí y  cerre los ojos lentamente, Pero aún sentía más o menos lo que pasaba

poco a poco  la noche se hizo día y el sol empezó a cubrirme, Lo sabía porque me empezo a picar la piel y cada bocanada de aire que jalaba ardía  por completo. Me obligue a mantenerme despierta un rato más, pero mi cuerpo empezó a colapsar, hasta que solo me deslizo a la inconsciencia...

Mi rubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora