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“Me fui a la ducha llena de tristeza.

Me libré de mi ropa, y deje que el agua cayera.

Hacía frío, pero eso era lo que necesitaba.

Un abrazo helado a mi alma destrozada.

No me importó sentarme ahí,

disfrutaba del agua bajando por mi espalda.

Abracé mis piernas, y hundí mi cabeza entre mis rodillas,

y dejé que las lágrimas corrieran,

mezclándose con la lluvia artificial que venía de la regadera.

No sabía quién era,

ni por qué me sentía tan destrozada.

Lo único que sabía, es que me dolía hasta el alma.”

Frases vacías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora