capítulo tres

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POV AMELIA

00:23 am

La verdad es que Luisita me estaba cayendo muy bien. No esperaba menos de una mujer tan guapa. Si es cierto que mis intenciones eran otras antes de que me hablase de su marido. Sebastián, policía a jornada completa. El hombre que cualquier mujer heterosexual desearía: fuerte, con un buen sueldo y guapo. Sí es cierto que no quiso hablar mucho de él cuando quise saber más. 

De golpe le sonó el teléfono. Miró la pantalla extrañada. 

-Perdona, tengo que cogerlo, es mi marido.- dijo Luisita levantándose de la mesa para atender la llamada. Yo asentí con la cabeza y le hice un gesto con la mano indicando que no me importaba. Además, por qué debería importarme?

-Hola cariño, sí... a ver, solo un poco... con la madre de una compañera de Alba... por qué?... no! no vengas... Sebastián por favor... qué más te da a ti si he bebido o no?... y qué? yo hago lo que quiero con mi vida!- al terminar esa frase, colgó de golpe y se dejó caer en el sofá apoyando los codos en sus rodillas y escondiendo la cara entre sus manos. Me acerqué lentamente y me senté a su lado en el sofá.

-Estás bien? Sé que no debería meterme...- pregunté posando una mano en su hombro. Luisita seguía sin levantar la cabeza. -Es por esto por lo que no querías seguir hablando de él?- 

-Sí... ya estoy acostumbrada a sus ataques de celos... Pero no es normal que me diga que va a venir a casa porque se piense que estoy cenando con un hombre y siéndole infiel- respondió mirándome a los ojos. -Aunque también te digo que no creo que se presente porque para él su trabajo está siempre por encima de todo y es mucho de amenazar pero poco de actuar.-

Le acaricié la mejilla suavemente y la agarré de los hombros para darle un abrazo. -Tranquila, si se presenta aquí verá que estás conmigo y no pasará nada. Y si se pone agresivo o algo llamamos a la policía, no te preocupes.- dije abrazándola más fuerte y dándole un suave beso en la cabeza.

-Gracias... y lo siento por el espectáculo- dijo separándose y mirándome con un intento de sonrisa.

-Oye, así, por cambiar de tema... Es verdad eso de que te tragas todas las telenovelas que dan por las tardes?- pregunté en un tono divertido. Luisita se sonrojó de seguida.

-Madre mía que vergüenza he pasado antes. La verdad es que sí. Por las mañanas voy al despacho a trabajar y cuando vuelvo, como y me paso toda la tarde en el sofá con el móvil en la mano comentando en twitter los capítulos.- respondió sonriendo. Ahora sí estaba viendo como sonreía de verdad. Le correspondí el gesto.

-Y entonces me has visto en la mayoría... Cuál es el papel que más te gusta de los que he hecho?- pregunté curiosa entrecerrando los ojos. Ella soltó una carcajada.

-Bueno a ver... déjame que piense... Pues... Cuando saliste en Cuéntame me reí mucho con tu personaje la verdad, mmmm ah sí! y menuda suerte besar a Hugo Silva en Los Hombres De Paco... y tu personaje de Amar Es Para Siempre? una bendición para twitter y además mi hija no paraba de hablar de Carol, gracias a tu personaje, me dijo que también le gustan las chicas.- respondió sonriendo y orgullosa por su hija -podría seguir hablando de todos tus papeles no quiero parecer una fan loca... que no lo soy eh.- terminó soltando una carcajada.

-Muchas gracias, no me esperaba que supieras tanto sobre mi carrera.- dije levantándole una ceja y riendo por su último comentario. -Me alegro mucho por lo de tu hija, siempre recibo mensajes de fans explicándome situaciones similares... La verdad es que a Carol le tengo mucho cariño y cuando nos comunicaron a Luz y a mí que no seguiríamos en la serie nos dio mucha pena.- respondí un poco entristecida. Amar Es Para Siempre me abrió muchas puertas en la televisión y en el cine ya que fue mi primera vez delante de cámaras después de haber trabajado muchos años solo en teatros.- dije orgullosa de mi carrera. 

-Bueno qué nos tomamos un gintonic o algo? Preparo unos que están de muerte.- Dijo Luisita levantándose del sofá y dándome su mano para que la siguiera hasta la cocina.

Llegamos a la cocina y sacó dos copas. -Puedes ir a coger la ginebra que está en el armario de cristal del salón?- preguntó mientras sacaba los hielos y los colocaba en las copas.

Salí de la cocina y me dirigí al salón a por la botella. Justo al lado habían dos cuadros. En uno salía Luisita y Alba abrazadas en lo que parecía una tienda de campaña y en la otra salían ellas dos con Sebastián. Eso de que las apariencias engañan parece cierto en la foto se podía ver a un hombre guapo, con una sonrisa amplia y una mirada humilde, tal y como lo describía Luisita. 

Cuando ya tenía la botella en mis manos, volví hacia la cocina. Cuando entré, Luisita estaba subida en un pequeño taburete intentando alcanzar las especias para el gintonic. Mis ojos no pudieron evitar dirigirse a su culo, sin darme cuenta, mis dientes estaban apretando suavemente mi labio inferior. Esa mujer era demasiado atractiva. Luisita se giró al percatarse de mi presencia y yo salí de mi embobamiento. Soltó una pequeña risa y yo me sonrojé al instante. 

-Venga, pásame la botella anda.- dijo divertida arrebatándomela de las manos. Los papeles se habían invertido, ahora era yo la que me había puesto nerviosa.

Mis dotes de actriz me permitieron dejar atrás la vergüenza y coloque una de mis manos en su cintura. -Espero que este gintonic esté igual de bueno que tú.- susurré en su oreja. La rubia se giro manteniendo la distancia que yo había marcado y levantó una ceja.

-No sé, eso tendrás que probarlo.- respondió cogiendo una de las copas y acercándola a mis labios. -Prueba.- dijo inclinándola para que el líquido entrase en mi boca. Separé suavemente los labios y probé de esa exquisita copa. Luisita separó la copa y la volvió a dejar encima del mármol. -Qué te parece?- preguntó susurrando. 

-Pues creo que tendré que bebérmela entera porque de momento pienso que la barman está más buena que la copa.- respondí relamiéndome los labios y acercando mi cara a la suya. Luisita se separó un poco y agarró su copa. 

-Anda, vámonos al sofá.- dijo saliendo por la puerta de la cocina. Yo hice una mueca y fui detrás suya.





EN EL MEJOR MOMENTO (LUIMELIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora