Katheryn tenía al frente al hombre que por mucho tiempo pensó que era el amor de su vida, el hombre con el cual pensó que iba a compartir todo su futuro, solo que está vez lo tenía al frente después de haber tomado la que posiblemente haya sido la decisión más dura de toda su vida, diciéndole lo que jamás pensó que le diría, su último adiós, un adiós para siempre.
- En serio dime, por favor, dame una sola razón por la cual yo deba seguir contigo, dímela y te juro que echo esta decisión para atrás
- Que quieres que te diga Katy, tú ya tomaste una decisión y si por un lado eres la mujer más terca del mundo, también es cierto que esta decisión ya la tomaste, seamos sincera nena tú ya no me amas, si por lo menos me amaras un poco, como lo hacías antes no tomaras esta decisión, pero ya no me amas
- Fede, no es tan fácil como decir si no aun no amamos, es que seamos sincero, por favor se sinceró conmigo, aun día me has amado tanto como yo a ti.
- Y vuelves a eso, porque siempre tienes que decir quien ama más, solo ámame y ya si de verdad lo sientes solo hazlo
- Vez a eso me refiero no eres capaz de decir que me amas, 6 año, llevamos 6 años y ni una sola vez me dijiste cuanto me amabas, no, definitivamente no puedo más, esto se acabó, por favor vete, vete lejos y por favor no me vuelvas a buscar, o es que acaso nosotros tenemos un futuro, dime es que tú piensas que algún día vamos a ser más que los novios de la universidad que algunas vez fuimos.
- No tranquila, no te preocupes no me quieres ver, no me volverás a ver, pero eso si esta es la última vez que me vez, nunca más, nunca más vamos a estar juntos.
- No te preocupes es exactamente lo que te estoy pidiendo.
Y así Katherin quedo sola, con la esperanza de que algún día encontraría el amor de su vida, y un hombre que la amara y valorara tal como se lo merecía, por que como dicen por ahí, no debes estar con el que más te amé si no con el que más valore tus sentimientos. Y mientras no pensaba en cómo conseguir esa difícil terea se enfrascó en crecer profesionalmente, al fin y al cabo hay nadie la desilusionaría.