Home Invasion

1.8K 59 25
                                    


Peter entró en la habitación sin golpear la puerta, Neal se encontraba recostado sobre su espalda en medio de la cama, completamente estirado a lo largo y ancho de esta. Llevaba puesto los audífonos que le dio Elizabeth por su cumpleaños y aunque tenía los ojos cerrados, sabía que no estaba dormido, prueba de ello era el rítmico movimiento con el que Neal sacudía la cabeza.

El agente echó un vistazo a la portátil solo para comprobar lo que ya suponía. Furioso, sujetó al menor por el brazo y con un movimiento firme mas no violento, lo levantó de la cama.

Quizás fue el enojo o quizás porque atrapó a Neal con la guardia baja, pero colocarlo boca abajo sobre su regazo fue muy sencillo.

- ¡¿Por qué?! – cuestionó Neal retirando con apremio los audífonos, mientras con la mano libre cubría su trasero

- ¿Y todavía me preguntas? – señaló la portátil donde se veía al profesor en plena clase y sorprendentemente Neal también aparecía en uno de los recuadros, si no estuviera viendo al menor sobre la cama creería que está en clases

Peter quiso sacar algo bueno de la cuarentena al ver que escuelas e instituciones impartían clases online, pensó que sería una buena oportunidad para que Neal termine sus estudios. Claro que Neal no pensaba igual, pero descubrió que el agente y su pesada mano podían ser muy convincentes.

- Peter solo fue esta vez – alegó, rogando porque el agente crea sus palabras

Indignado con el intento de engaño, Peter solo retiró la mano de Neal y dejó caer la suya con fuerza. Las nalgadas fueron contundentes desde el inicio, el agente no escatimó en fuerza y se encargó de no dejar un solo centímetro del trasero del menor sin castigar.

Cuando no pudo soportar el dolor por más tiempo, Neal dejó salir algunos quejidos, estaba al límite y si continuaban así pronto sus traicioneros ojos azules liberarían las lágrimas que tanto se esforzaba por retener.

- Ponte de pie Neal – ordenó el mayor aun con tono molesto

Neal se puso de pie tan rápido como pudo y aunque su trasero le enviaba palpitantes señales de auxilio, en un intento por recuperar su dignidad prefirió no frotarse el trasero, al menos no delante de Peter.

- Espera ¡qué estás haciendo! – exclamó horrorizado al ver como el grueso cinturón de cuero del agente pasaba lentamente por cada una de las presillas hasta quedar libre

- Tu qué crees – respondió doblando el cinto por la mitad, asegurándose de guardar la hebilla en la mano

- Peter, no es para tanto – alegó cubriendo su trasero con ambas manos

- No es para tanto – repitió indignado – llamó el director, tendrás que volver a dar todos tus exámenes, pero esta vez yo estaré presente como garantía de que no haces trampa

- ¡¿Qué?!, no, eso no es justo... yo no hice trampa, estudie mucho y te consta, tú lo viste, hasta me ayudaste

- Lo sé, pero cuando envías a tus compañeros un video enseñando "cómo aparentar que están en clases sin estarlo" logras que los demás duden de ti

- ¿Video?... yo no hice ningún video – aseguró nervioso evadiendo la mirada furiosa del mayor

- En serio intentarás mentirme en la cara, ¡lo acabo de ver! – gritó furioso – al parecer a tus compañeros se les ocurrió la brillante idea de subirlo a Youtube

Imbéciles pensó Neal con rabia, por qué sus compañeros de clase no podían pasar un minuto sin publicar sus vidas en internet.

- Yo... Peter... lo siento

- Esta vez con una disculpa no basta – gruñó mientras retiraba la portátil del escritorio – el director casi te expulsa por incitar a tus compañeros a no entrar a las clases online y porque cree que también hiciste trampa con los exámenes

- ¿Estás molesto?

- Estoy decepcionado... llevamos cuatro meses en cuarentena y cansa, lo entiendo, pero tienes una oportunidad de hacer algo bueno y prefieres arruinarlo

- ¿Todavía me quieres?

- Por supuesto que sí – afirmó rodeando a Neal en un abrazo protector, claro que lo quería si esa fue la razón real por la que prefirió tener al menor en su casa mientras duraba la cuarentena – y porque te quiero debo castigarte

El agente beso la frente de Neal, dio un paso al costado e impulsó al menor hacia el escritorio.

- Vamos Neal, ya sabes qué hacer

Resignado introdujo los dedos en la cintura elástica del pantalón del pijama y lo bajó hasta su cadera, pero como este era holgado simplemente se deslizó hasta el suelo.

Miró una última vez a Peter intentando ablandar al mayor y al no obtener la respuesta esperada, haciendo pucheros se inclinó sobre el escritorio dejando el trasero en posición. Sujetó el borde de su ropa interior y lo bajó hasta que terminó tan solo unos centímetros por debajo de la cadera.

Peter miró la escena con desaprobación, pero ya acostumbrado de un tirón ayudó a la prenda a encontrar su camino hasta las rodillas del más joven.

Tras el impacto del primero de los quince azotes que tenía planeado para Neal, el grito retumbó en toda la habitación, seguido de un llanto lastimero. Tuvo que esperar algunos segundos antes de soltar el siguiente que llegó tan solo unos milímetros debajo del primero.

El octavo azote impactó justo en el mismo lugar que el anterior, dejando a su paso una franja más oscura a las ya existentes y eso solo provocó que Neal en medio de un llanto desesperado abandone la posición dejándose caer al suelo.

- Papá ya nooo snif, nunca más... lo prometo, pero ya no snif – lloró miserablemente mientras frotaba su trasero, sin ser consciente realmente de la palabra que acababa de usar para dirigirse al agente

El mayor sin perder la expresión decidida en el rostro sujetó el brazo del más joven y lo volvió a colocar boca abajo sobre el escritorio.

- Lo estás haciendo bien hijo, solo siete más – alentó acariciando la espalda de Neal, quien solo respondió con más llanto

Los siguientes dos impactaron con menor fuerza, pero aun así tuvo que detenerse para apoyar el brazo sobre la espalda de Neal porque una vez más intentó abandonar la posición y con la intención de no prolongar más la agonía dejó caer los cinco restantes.

Neal al ver que no podía salir de la posición solo se dedicó a llorar y gritar hasta que tomó conciencia de que el castigo había terminado hace varios minutos atrás y que en realidad se encontraba parado entre los brazos del agente, quien con todo el amor del mundo se encargaba de contener su llanto al mismo tiempo que acariciaba el área castigada.

- Lo siento Peter, no volverá a suceder – aseguró Neal avergonzado, subiendo con prisa el bóxer que quedó enredado en sus tobillos

- Todo está perdonado, ahora ve y lávate la cara que en menos de quince minutos comienza tu siguiente clase

- ¡¡¡Que!!! – gritó alarmado – me obligarás a permanecer sentado durante la próxima hora

- Claro que no, puedes estar parado aunque ya verás tú como explicas eso, pero de que asistes a clases, asistes a clases – sentenció llevándose la portátil al comedor

Neal se dirigió al baño protestando entre dientes por su mala suerte, aun le quedaban dos materias más antes de terminar con las clases del día.

Home InvasionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora