Capítulo I: UNA CLASE MORBOSA

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-Chequen sus horarios, jóvenes. Si los pierden será problema suyo, ¿eh?- la maestra Ale salió del auditorio con un café en mano.

Lora se había trasladado desde México a Dale, por el trabajo de su papá. Generalmente ella no era demasiado charlatona, pero eso sí que si le decías algo que la ofendiera, cuidadito.

La chica checó su papel. La primera clase era Química y Educación Sexual. "Educación Sexual"... 'clase morbosa' pensó Lora.

No conocía muy bien los pasillos de la escuela, pero fue al pasillo B conforme a las instrucciones.

La mayoría de los pupitres estaban llenos, solamente quedaban dos hasta adelante y uno casi hasta atrás y junto a una chica vestida de negro.

Eligió el pupitre de atrás. Al sentarse, de la silla salió un rechinido que se perdió de entre el hablar de los jóvenes. Lora le soltó una sonrisa tímida a la chica de negro, pero ella solo no le correapondió.

Un profesor, supuso, entró al salón. Inmediatamente todos se pararon erguidos y saludaron con un "Buenos Días, Profe Erik". El profesor era chaparrro y gordo con cabello rubio y bigote tipo Hitler, "es un gamster'' pensó Lora. Pero en el mismo momento se dio cuenta que no solo lo había pensado, sino también había hablado. Suerte tuvo que solo lo oyó la chica de negro y ésta, le devolvió una mirada indecifrable.

-Regreso a clases, estimados. Ahora ya pasaron a tercero de secundaria y cada vez los veo más grandes. Pero al mismo tiempo, más maduros. Así que esta clase vamos a hablar de madurez sexual.

《Cada vez la primera relación íntima se va haciendo màs temprana- siguió diciendo-, y eso se debe de parar, en opinión mía. Hay que acerce responsables de lo que uno hace, así que si tanto es su ancia de 'hacerlo', utilicen protección, pero recuerden que el mejor método anticonceptivo es la abstinencia...- el profesor siguió hablando.

Algunas veces los alumnos se reían morbosamente o hacían comentarios de mal gusto. En cambio, Lora, se entretuvo haciendo un símbolo infinito en su mesa.

El tiempo se le pasó volando, hasta que oyó su nombre.

-Señorita...que escribe en su mesa... póngame atención- le llamó la atención el maestro.

-Eh... soy Lora, Lora García

-Bueno, Lora, escriba su nombre en la pizarra.

La chica obedeció. Al terminar de escribir, se pasó de entre los pupitres y un chico le llamó la atención. Era de un rubio pálido y con ojos negros como oyos sin fin. Por un momento creyó estar dento de un sueño, pero un golpe en la rodilla contra un pupitre la hizo reacionar.

-Lo... siento- le dijo al chico con el que había chocado.

Lora se vovió a sentar, pero justo cuando su trasero tocó el asiento, sonó el timbre para el cambio de clases.

Todos se levantaron de aventón y ella fue la última en quedarse a solas y de salir del salón.

Una voz la paró en seco e hizo que se volteara: -Tenga en cuenta, que aunque parezca que no me doy cuenta, sé cuando un alumno no me presta atención- era el Profesor. Lora soli asintió y se dirigió a los vestidores para ponerse la ropa de Educación Física.

Vapor caliente la recibió a causa de las regaderas. Había casilleros por todos lados y chicas hablando con otras. Lira se fue al fondo donde nadie la puediera ver y rapidamente se quitó los pantalones para ponerse los shorts.

-Eres muy blanca para ser de Dale, ¿eh?....

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