⎚ Capítulo N°18 ⎚

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♫♪♬♩ Mi niña es tan chiquita

como el jazmín.

Yo la mezo en la hoja

del torojil. ♫♪♬♩

La voz del Alfa sonaba armoniosa en esa habitación de hospital, Sirius veía a su pequeña cachorro dormitar mientras le cantaba, ambos en compañía de Remus, el castaño seguía recostado sin despertar todavía, Sirius estaba cada día a su lado, y cuando pudo llevarse a su bebé a casa, solo iban a ducharse y a traer más cosas para seguir cerca de Remus, la pequeña Charlotte había abierto sus ojitos en esos días, aunque una bruma aun cubría su iris, parecía que iba a tener los ojos de Remus, Sirius no podía dejar de ver a su omega quien parecía solo dormir.

En esos momentos Sirius tenía en brazos a su pequeña, arrullándola para que durmiera, a pesar de que su esposo estaba inconsciente podía sentir el lazo de este, la calidez que le transmita, Charlotte parecía disfrutar estar cerca de su otro padre, cada vez Sirius la recostaba junto a Remus, la pequeña se movía para estar más cerca de él, Sirius le enternecía ver a su bebé, parecía un gusanito por las mantas que la envolvían.

Y esa vez no fue la excepción, Sirius la recostó junto a Remus, la pequeña se acercó a su padre, Sirius siguió con la canción.

♫♪♬♩ Mi pequeña

es un copo de nieve pura.

Jamás se vio en el mundo

tanta blancura ♫♪♬♩

Un sonido que parecía un timbre llamo su atención sacándolo de la melodía que cantaba, vio los signos de Remus, su corazón parecía ir en aumento, Sirius se acercó y tomo a Charlotte de nuevo en sus brazos, su ritmo siguió aumentando, la respiración del Alfa se aceleró, y al parecer eso altero a Charlotte, la pequeña gimoteo en sus brazos, Sirius estaba a punto de llamar a los paramédicos en guardia, cuando escucho esa voz.

— ....Siii..ri..us... — El alfa contuvo la respiración quedando tieso como estatua, tenía miedo de voltear y haber imaginado esa voz pero... — Alfa — Volvió a escuchar, Sirius se giró viendo como los parpados de Remus se movían, parecía que le pesaba abrirlos, Sirius se acercó viendo a su omega.

— Remus — Sirius vio a su hija, la pequeña estaba despierta.

— Sirius — El alfa vio como Remus poco a poco abría sus ojos, parecía muy cansado, Sirius con lágrimas en sus ojos se acercó hasta su esposo, pidiendo que no fuera una ilusión o un sueño, pero al ver como Remus lo observaba lanzando feromonas inquietas, Sirius supo que no era un sueño, se acercó hasta la camilla, y por impulso no se contuvo de juntar su frente con la de Remus, claro que con el cuidado de no aplastar a Charlotte, Sirius tenía una sonrisa y las lágrimas no tardaron en aparecer y descender por sus mejillas, Remus lo observaba apenas abriendo sus ojos, una pequeña sonrisa surco los labios del omega, dando una profunda inhalación llenándose del aroma de su alfa.

— Remus, mi amor... — Se separó viéndolo a los ojos, los cuales mantenía cerrados sintiendo la esencia del omega, abrió sus ojos viéndolo enternecido y sumamente feliz — Despertaste, de verdad despertaste.... por fin estas devuelta — Sirius tomo su mano, Remus veía los ojos de su alfa, respiro calmado, parecía que hacer lo que antes era común como respirar ahora le costaba lograrlo.

— No sabes cuánto te he extrañado, este mes ha sido una tortura para nosotros — Remus quería levantarse y abrazar a Sirius llenarlo de besos y decirle que todo estaba bien, prometerle que nunca lo dejaría, al parecer Remus por fin se dio cuenta de la última parte.

AbandonadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora