10 horas antes del incidente.
Las manos de el chico recorrían sus caderas y muslos mientras su boca era devorada.
—¿Entonces te pondrás un baby doll negro para mi?—dijo Nikolas para después morder su lóbulo.
—Sí, sabes que solo para ti— Indiana enredó sus dedos en el cabello del rubio.
Estaban en el punto ciego, como cada viernes, se veían ahí en su período libre a drogarse o simplemente besuquearse.
—Niko—gimió mientras él besaba lentamente su cuello.
—¿Te gusta, bunny?—susurró y ella sintió un escalofrío.
—Sabes que sí.
—Esta noche tu y yo vamos a hacerlo alrededor de toda la escuela— deslizó su mano debajo de la blusa para asi sentir sus pechos.
—Me encanta la idea— Indiana apartó su cabello negro para así seguir besando a Nikolas.
El chico vio la hora en su celular y se apartó de la joven.
—Me tengo que ir, tengo que ver al idiota del director.
—¿Ahora por qué?
—Dice que en mi casillero había drogas, la verdad no se si es verdad porque llevo toda la semana super dopado y no recuerdo nada—rió—Pero siempre me salgo con la mía.
—Esta bien... Te quiero—dijo mientras veía como el chico ae alejaba.
—¡Hasta al rato!—y vio como se alejaba, dejandola con una inmensa tristeza.
Se dirigió a los vestidores de chicas para poder cambiarse su uniforme de porrista, al llegar se miró al espejo.
¿Qué tenía de malo? Cabello negro ondulado, ojos almendrados, piel blanca y labios suaves. Era delgada, bastante, pero tenía sus curvas, y era bonita y popular. ¿Entonces por qué Nikolas no quería estar con ella?
Cuando iban en segundo año, se conocieron por la clase de Literatura, inmediatamente se gustaron. Se hicieron novios, Indiana le entregó su virginidad sin importarle que el ya no lo fuera, y ella siempre hacía todo lo que el quería para que así todo fuera perfecto. Pero el no quería una relación; y después de un año de estar juntos, la botó, sin piedad, dejandola rota.
Sus amigas la apoyaron como nunca, la llevaron a bailar a un club nocturno del cual el dueño era uno de los tantos hombres que Sara había dominado ya. Ese día Indiana bailó con un joven alto, apuesto, e incluso se besaron y ella está segura que se tocaron en el baño (o eso recuerda). A la mañana siguiente tenía demasiados mensajes de Nikolas, reclamandole que se había metido con otro, que no se tenía amor propio porque no pudo esperar ni un poquito después de su rompimiento, Indiana no se sentía mal por lo que había hecho la noche anterior, pero de alguna manera su ex novio la convenció de que lo que había hecho estaba mal, y se disculpó.
Pero cuando Nikolas se metió con otra chica en una fiesta y ella le reclamó, el solo dejó de hablarle, y eso a ella la comía por dentro. Después de un baile de bienvenida, bailaron juntos toda la noche hasta que él la llevó a su auto y ahí tuvieron relaciones, después de eso Indiana estaba feliz porque había regresado con el chico de sus sueños, pero el solo le aclaró al siguiente día que no, que solo se habían acostado. Y así continuó por años, y siempre fue así; el metiéndose con otras chicas, ella solo con el, porque si no, el dejaba de hablarle. Le inventaba a sus amigas aventuras con chicos, porque le daba vergüenza que supieran que en realidad solo podía estar con su ex.
Nikolas la confundía, le decía "bunny", su apodo de cuando eran novios, la besaba con amor, la abrazaba, la escuchaba, pero también cuando estaba molesto, la insultaba, la hacía llorar, le hacía pensar que ella tenía toda la culpa. No había día que no pelearan y no había día que no se arreglaran teniendo sexo. Pero no sabía como dejarlo ir, tenía miedo porque, lo amaba y tenía la esperanza de que un día se daría cuenta que el también la amaba a ella.
—Tranquila Indi, tranquila, solo se tuvo que ir, se le olvidó decirte que también te quería, es todo, sabes que te quiere— se susurró mientras se esforzaba porque sus lágrimas no salieran de sus ojos.
—¿Estas bien?—escuchó una voz y rápidamente se secó las lágrimas.
—Si.
Mentía, estaba a punto de tener un ataque de ansiedad, y necesitaba estar sola para calmarse, así que solo se fue sin decir otra palabra.
"No puedes tener un ataque, respira, respira, no puedes tomar Clonazepam, estás limpia, respira, respira" pensaba mientras su respiración iba bajando su ritmo.
Cuando empezó a tener ataques de ansiedad debido a su estrés por Nikolas, el terapeuta le recetó Clonazepam, y le servía, le iba muy bien, hasta que el mismo que le causaba sus ataques, le dijo que el Clonazepam te podía elevar hasta ver a los Dioses, y como ella hacía lo que el le pedía, comenzaron a drogarse con eso. Por desgracia, Indiana se hizo dependiente, adicta, hasta que un día su madre la encontró a punto de morir por una sobredosis. Nikolas nunca se enteró, ni sus amigas; comenzó a ir a su grupo de rehabilitación y dejó el Clonazepam, le mintió al chico que su médico se la había quitado porque ya no era necesaria y que no se la vendían sin su receta, y por fin pudo alejarse de ese infierno. Al menos de ese si.«[11:55] Niko: también te quiero bunny»
Sonrió.
—¡Ahí estas!— escuchó la voz de Sabrina.
—Hola Sab— sintió un gran alivio al ver a su amiga, le dio un abrazo.
—Odio la clase de cálculo, ¿te sientas conmigo?
—Creí que hoy te sentarías con Loonie, llevas varios días sin sentarte con el.
—Oh, estamos dejando los encuentros para hoy en la noche— la rubia guiñó.
—Interesante técnica.
Sintió como un cuerpo chocó contra el suyo, haciendo que su celular diera contra el suelo.
—¡Indi, no te vi de verdad lo lamento! — Sean se agachó rápidamente oara recoger el celular de la joven.
—No te preocupes, no le pasó nada, si no, te habría noqueado de un golpe— empuñó la mano y soltó una risa.
—Seguro que si— dijo el pelinegro con sarcasmo— Eres tan pequeñita que ni te vi, ni de chiste me noqueas—el chico comenzó a pasar la mano por encima de la cabeza de Indiana, sonriendole de manera coqueta.
Indiana sin darse cuenta también le lanzaba miradas.
—¡Consiganse un cuarto!— gritó Sabrina y rió.
Indiana se sonrojó y soltó una pequeña risa, miró por encima del hombro de Sean y vio como Nikolas la estaba mirando fijamente, con una expresión bastante molesta.«[12:06] Niko: que bonita»
Todos se dirigieron al salón, pero Indiana sabía que no le iría bien en un rato.