Capítulo 1: La que murió y resucitó

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Todos tenemos dias horribles. Días en los cuales si algo esta destinado a salir mal, saldrá.

Para Claire Redfield Kennedy estaba siendo uno de esos días en particular, en realidad el último mes estaba siendo el más horrible de su vida, destinado a que todo saliera mal.

Todo empezó como si nada, pequeñas cosas que la irritaba en su vida marital con Leon, pero era algo normal, llevaban seis años casados y era normal que surgieran pequeñas fricciones en su día a día. La tenía un trabajo importante como jefe de la organización DSO, puesto que le había otorgado el presidente de los Estados Unidos, Adam Benford.

El apenas estaba por casa a causa de las misiones que le solían ser encomendadas por la propia organización, ya que era el mejor agente para llevarlas a cabo.

También sumaba su propio trabajo como supervisora y cara visible de la ONG TERRASAVE. Ya que debía salir de viaje inmediatamente después de que Leon volvía de sus misiones a ayudar a la gente que se veía perjudicada por los ataques bioterroristas en las distintas zonas del mundo.

Pero la diferencia la marcó la vuelta de su última misión...

Leon estaba más distante con ella, apenas hablaba en esos días y pasaba mucho tiempo en su despacho. Y aunque ella intentaba acercarse a el en diferentes ocasiones para tratar de averiguar qué era lo que le ocurría solo obtenía el silencio por respuesta.

Con el paso de los meses la situación se hizo insostenible para ambos: El pasaba mas tiempo fuera de casa que en ella mientras ella se imaginaba cada vez mas y mas escenarios en los cuales Leon se reencontraba con distintas mujeres.

Y aquella noche... aquella noche invernal en Washington, en aquella pequeña unifamiliar de los suburbios de clase alta de Bellevue estalló una confrontación marital de proporciones titánicas. Lo que se callo durante meses salió al exterior en una explosión de celos y reproches que dejó helado a Leon.

Ya sabía que no había estado muy comunicativo con su esposa en ese tiempo, pero para nada era porque estuviera viendo a otra mujer. Era cierto que cada vez que se había encontrado con Ada le hacía dudar de todo en su vida, pero no de su decisión de estar con Claire. También era cierto que se sentía atosigado por el control que ella estaba ejerciendo en casa, hacía años que se conocían y sabía que él era una persona que no se dedicaba a exteriorizar lo que le preocupaba, pero ella respetaba esos silencios. No entendía qué era lo que había ocurrido para que ella pensara esas cosas horribles de él.

Y ya no era solo los celos irrefrenables que sentía, sino el hecho de que, para llamar su atención y que se quedara más tiempo en casa se dedicó a investigar una extraña sospecha que tenía ella de que estaba siendo observada tanto en el trabajo como a veces cuando estaban ambos en casa.

El era un agente experimentado, sabría si corrían alguna clase de peligro. Llevaba años y años conviviendo con el peligro y había sido capaz de identificar las amenazas antes de que ocurrieran. Así que, deshecho los temores de ella, ya que era la única manera de aplacarla.

Aquello subió y subió más de tono. Había mucho guardado entre ambos y salió en una horrible explosión de ira y reproches, de gritos y llantos por parte de ella, de reproches por parte de él hasta que la contienda acabó con ambos durmiendo en habitaciones separadas.

Solo era cuestión de tiempo que aquellas terribles palabras saliera de la boca de uno de los dos. Siendo en este caso Leon quien la formularia.

–Quiero el divorcio. No podemos seguir así, no es bueno ni para ti ni para mi.

Claire intentó razonar con él, intentando disculparse, sabiendo que él había tenido razón al defender que no había hecho nada, que no había visto a ninguna mujer...pero el daño que se había producido era tan profundo, causando unas heridas que serían imposibles de cerrar a corto plazo.

One Sided LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora