Susurros del alma.

La verdad (3)

 Todos desde el momento en el que nacemos adquirimos existencia, con el paso del tiempo nos acoplamos a las realidades contextuales que nos rodean. Comenzamos a crecer y vemos que es lo que nos gusta, también que es lo que no nos gusta. Seguimos recorriendo el camino de la vida y comenzamos a tener conflictos, hay quienes aprenden a manejarlo, pero también hay quienes no consiguen hacerlo. Entonces deciden alejarse de la realidad, de la vida, de las historias, de las personas. Llega un punto en el que estamos tan alejados de todo y tan rodeados de nosotros mismos, que nos agobiamos, comenzamos a tener una cierta sensación de encierro, la anhelación por la idea huir y quizás tal vez estas molestias se conviertan en ataques de pánico. Es cuando sentimos que el mundo se nos viene encima, la respiración comienza a sentirse agitada, los mareos no faltan y la sensación de que quizás vamos a morir es fuerte, pero no es nada más que eso, una sensación, unos minutos de incertidumbre expresados por el cuerpo. Por más que queramos correr la negativa nos pisa los talones, nos caemos al suelo y la sensación de derrota es agobiante, pero cuando decidimos levantarnos, tratar de entender al mundo, dejando nuestra subjetividad de lado, todo se hace más llevadero, todo comienza a cobrar sentido. Quizás en algún momento no podamos alejarnos de nuestra negativa lo suficiente y comentemos que no estamos de acuerdo con algo o que quizás ese algo no nos cierra del todo, pero juro que cuando sueltes el resentimiento y comiences a observar las grietas, a leer lo suficiente para informarte, para entender,para comprender, podrás darte cuenta de que no estas solo. Cuando comiences a hacer algo bueno por el mundo, por vos y por los demás, te sentirás bien. Cuando comiences a buscar algo que te motive, algo que te de las fuerzas suficientes para levantarte de la cama, prometo que te sentirás mucho mejor, pero primero hay que comenzar por buscarlo, es prueba y error, ya que no se trata de ocupar la mente, se trata de nutrirla con cosas que te hagan feliz.