Regresando con mi Bill

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Desde los eventos fatídicos ocurridos en el Raromagedón de hace cinco años nadie había sospechado que su victoria había sido falsa, solo un invento para traer una falsa paz en espera del clímax final donde todo sería revelado, el momento en el que Dipper Pines por fin obtendrá lo que más desea: Libertad.

...

—[...] fingirás estar del lado de ellos, me convertirás en piedra pero deberás cambiar algunas palabras del conjuro y así solo quedaré inconsciente dentro de un cuerpo de piedra. Esperaré por ti, lo juro. ¿Sí, amor? — las manos del rubio no podían parar de tocar a su novio, lo acariciaba con tal adoración que era sofocante en una manera que solo dejaba delirando a Dipper.

—De acuerdo, confío en ti.—no había ser más complacido de escuchar esas palabras que no fuera Bill—¿Pero estás realmente seguro de que funcionará? ¿De que los demás crean esta mentira?—Su tono de voz era tenso y preocupado, no quería correr riesgos, Bill era lo único que le quedaba o eso pensaba.

—¿Qué? ¿A caso dudas de mis habilidades, cariño?

No había duda de él había duda en Dipper, Dipper no confiaba en sí mismo, tenía miedo a no decir las palabras correctamente o que un simple error de parte suya condenara su destino, un destino que no deseaba vivir, un destino sin Bill. El demonio acomodó en su regazo a su amor, a su musa.

—Sabes que no se trata de eso.

—¿Entonces de qué?

"Maldito demonio" No pudo evitar pensar Dipper al escuchar el tono de falsa inocencia del illuminati, sabía que Bill amaba que usara sus propias palabras para comunicarse aunque no se necesitaran entre ellos.

Pines movió su cabeza para mirar a otro lado que no sea Bill, no quería enfrentarlo porque sabía lo que él iba a decir, aún así habló, entre ellos no había secretos.

—Tengo miedo a no ser lo suficientemente capaz para cumplir mi parte en esto, ¿y si por mí culpa todo nuestro plan falla?—sus ojos se abrieron completamente vulnerables e inseguros, Bill no podía permitir esa mirada en él.

—No digas eso, ni siquiera lo pienses. No te vas a equivocar y si lo hicieras sé que encontrarías la manera de solucionarlo, por algo eres mi pareja, eres perfecto para mí y eso nunca lo dudes porque solo cuestionarías el juicio del futuro rey de todas las dimensiones existentes  y tu futuro esposo. — Lo último no pudo evitar que saliera con un tono coqueto que hizo estremecer y avergonzar al menor.

—Tonto, no digas cosas así.— Al parecer el pecho de Bill era el mejor escondite de pinos.

—¿Por qué no? Es la verdad, cuando menos lo esperes ya te habré secuestrado para hacerte mi esposo y futuro rey.—Sus manos bajaron hasta la cadera del otro para enfatizar sus palabras, había posesividad y un brillo en sus ojos que no se podía saber si lo que tramaba era comerse al menor o alejarlo de la sociedad para encerrarlo en su sótano como su más grande posesión.

—Cállate—Obviamente quería ocultar cuanto le afectaban sus acciones y palabras. Todavía quedaba incertidumbre y miedo de lo que les deparaba, no se sabía como lo iban a manejar, el miedo a no poder tocarse y amarse como quisieran durante un tiempo indefinido daba pavor. No se sabía cuando Dipper iba a regresar.—Te  extrañaré, mucho.

La mirada de Bill se suaviza, el tono de su pareja se había vuelto débil, estaba soportando las lágrimas, lo amaba. El demonio saca suavemente algo de metal que se encontraba en uno de sus bolsillos y se lo entregó al castaño, era un collar de oro con el pentagrama de Bill.

—Ten, te lo regalo así que cuídalo mucho. Así no me olvidarás y no te sentirás sólo. Recuerda: Te amo y te protegeré, solo tienes que esperar.

Te amo y te protegeréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora