Esa

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Miriam:

Llevo ya casi un año en la oficina con sus más y sus menos.

Y como es rutina al llegar para verla entro  en su despacho y veo que levanta la mirada dándome un repaso pero sería demasiado seria desde que la conozco.

Ana: ¿que quieres Miriam?

Ese tono de voz hace que mi cara cambie de expresión.

Miriam: buenos días ¿eh?

Ana me miró y sonrió.

Ana: para mi no ha pasado nada.

Abro los ojos apoyando la mano en su mesa.

Miriam: ósea que entre tú y yo no ha pasado nada ¿no? Me estás mirando a la cara y me estás diciendo que no ha pasado nada durante este tiempo.

Ana mira el suelo nerviosa.

Miriam: que me contestes Ana ¿ a que viene esto ahora?

Veo la mirada de Ana perdida mordiéndose el labio inferior.

Miriam: De Puta madre.

Sus ojos aguados mirando hacia el suelo era lo único en su expresión.

Salgo dando un portazo y directa hacia la puerta de la oficina.

Arrancó el coche con rabia hasta llegar a las afueras de la cuidad.

En coche el ataque de ansiedad se hace más grande hasta llegar a los hipidos.

Salgo del coche para respirar sentándome en el césped.

Cojo el móvil del bolsillo de detrás, y entro a galería a borrar todas las fotos que tengan que ver con ella, y a WhatsApp pero para bloquearla y no saber nada de ella, quizás suene infantil pero para mí va ser lo mejor.

Sentada viendo el atardecer me percato que en un año me he enamorado, he llorado, y he echado más de menos las cosas que estaban a mi alrededor.

Entro a internet para mirar billetes de ida a casa.

Dos semanas,solamente dos semanas para volver si me los compro.

De fondo mientras miraba todo suena el móvil y es ella

1,2 hasta tres llamada sin respuesta,hasta una tercera pero la última no de Ana

                  "Aitana-oye miri donde estas"

No respondo solo se escucha mis respiraciones de vuelta llorar.

                 "Aitana-Miri estas bien"
               "Miriam-en nada estoy en casa ,no te preocupes"

Cuelgo la llamada y voy hacia casa sabiendo la chapa que me van meter Nerea o Aitana y sinceramente sin ganas.

Nerea: Miriam donde estabas

Dejo mi chaqueta en el cuelga ropa de la puerta y la abrazo rota

Miriam: no puedo más.