Tan pronto como me despertaba de un profundo sueño, una brisa helada invade mi cuarto junto con mi madre que entraba a mi habitación para dejar algunas prendas de vestir.
Esta brisa fría tenía ese aroma a mar tan extraño y desagradable para mí, que por alguna razón, ahora mismo no turbaba mi calma.- Veo que ya estás despierto hijo mío - me acaricia el rostro.
- Buenos días mamá - me estiré algo despreocupado, considerando que era domingo.
- ¿Ya sabes qué te pondrás para la tarde? - cuestionó mi madre.
- Aún es muy temprano para pensar en eso mamá - balbuceé.
- Bien hijo, Mark y yo te esperaremos abajo para desayunar - salió de mi habitación.
- Sí mamá - me estiré y coloqué una ropa cómoda para estar en casa por ahora.
Seguidamente, salí de mi habitación, no pude evitar observar la puerta cerrada de Eimy, no hemos hablado más durante todo el fin de semana, se la pasó en su cuarto y en "nuestra" computadora, ahora parece haberse adueñado de la máquina. Antes de bajar, me percaté de unas pequeñas pisadas que venían detrás de mí.
- Buenos días Eimy - dije amablemente.
- ¿Qué quieres, marrano? - contestó con cara de fastidio.
- Estaba saludando - me crucé de brazos mientras prestaba atención a su pijama enteriza de koala.
- ¿Por qué me estás mirando tanto? - su rostro de disgusto era evidente.
- Me llamó la atención tu pijama - me encogí de hombros.
- ¿Qué nunca has visto una pijama así? - rodó los ojos más calmada.
- Nunca vi que te hayas puesto alguna.
- Okey, esta conversación no tiene sentido, sólo deja de mirarme de esa manera tan sucia - se quejó.
- ¡Que no lo hago! - le di la espalda y comencé a bajar.
¡Qué pesada se ha vuelto Eimy! Y qué egocéntrica, no puedo creer que esa dulce niñita que era tan amable conmigo, ahora me deteste, bueno, yo me lo busqué al darle esa primera impresión...
Una vez llegué al primer piso, me percaté que estaban desayunando en una mesa de cuatro asientos, al parecer yo me sentaría junto a mi madre y frente a Eimy.
- Buenos días cariño y buenos días Christofcito - dijo Mark mientras preparaba una taza de café.
- Buenos días chicos, ¿Qué tal su segunda noche? - dijo mamá dejándonos panes con pollo en la mesa, junto a dos tazas de leche.
- Bien señora Lucía, gracias - dijo Eimy mientras le daba un sorbo a su taza.
- Es bastante tranquilo vivir acá - dijo Mark - me alegra que nos estemos adaptando bastante bien - tomó a mi madre de los hombros.
- Sin dudas muy agradecida al esfuerzo que hiciste por adquirir esta nueva casa - mi madre sonríe.
- Gracias cariño, ¿Y qué opina mi pequeña princesa al respecto? - se acercó a Eimy y depositó un beso en su frente.
- ¡Papá! Ya estoy grande para que me digas así...
Algo importante a destacar, es que Mark, siempre ha sido cariñoso con Eimy, desde pequeña la engreía bastante y daba mucho amor, supongo que ahora, busca recuperar a su niña.
- Siempre serás mi princesa - dijo sentándose a su lado - ¿Te gusta la nueva casa cariño?
- Sí papá, pero pienso que el internet es algo lento, además de que muchas veces se va.
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Lo Siento, Hermanita
RomanceNo es correcto que pueda sentir ésto por ti ¿o sí? No somos hermanos de sangre después de todo, dime si puedo o debería seguir callando mis más profundos deseos por ti, Eimy. Sé que aún eres menor pero no puedo contener el tan profundo deseo que ten...