Las audiciones.

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No me podía creer que solo faltarán 24 horas para las audiciones, si ni una más, ni una menos, 24 horas justas. Dios mio esto es fantástico.

No sabia que hacer a si que como siempre, WhatsApp.

Emma a las 16:00

Heyyy, solo faltan 24 horas chicos, estoy muy nerviosa.

Alejandro a las 16:03

Verdad, pero no te hagas ilusiones, hay muchos grupos buenos ahí fuera.

Emma a las 16:03

Gracias por hacer picadillo mis esperanzas.

Alejandro a las 16:03

Hombre y para ke están los amigos.

Emma a las 16:04

Jajajajajaja. Hoy podemos kedar en tu casa para ensayar??

(Sí, yo acortó las palabras en WhatsApp, pero, ¿quién no lo hace?)

Alejandro a las 16:04

Claro. Hoy es cuando más hay ke ensayar

Emma a las 16:04

Me das miedo

Alejandro a las 16:04

Es ke deberías tenerlo

Emma a las 16:04

Uuuuuu

Vanesa a las 16:05

Hola, entonces... en tu casa Ale???

Alejandro a las 16:05

Yes. A las 17.

Vanesa a las 16:05

Ok. Oye Emma estate preparada.

Emma a las 16:05

Sii. Avisame cuando me vengas a buscar.

Vanesa a las 16:05

Ok mejor te llamo.

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Ya eran las 16:53 estaba cambiandome lo más rápido que podía, pues Vanesa ya me había llamado diciéndome que estaba en mi casa mas o menos en 7 minutos.

- Menos mal -dijo Vanesa cuando entraba en el coche-.

- ¿Menos mal, que?

- Menos mal que estas prepara para cuando yo vengo.

- Mira que eres pesada con el temita.

- Y cuanto más lo digo me gusta más -dijo ella con un brillo de maldad en sus ojos-.

Fue solo llegar a la casa de Alejandro y ponernos a ensayar. Estuvimos todo el rato ensayando, gaste un montón de botellas de agua, pero entre las risas y las bromas, me lo pase muy bien.

Después de muchas horas de ensayo fuimos a Roxi's, un bar. Todos pedimos una "Coca Cola", mi bebida favorita. Mientras nos tomamos las bebidas hablábamos del grupo:

- Yo creo que deberíamos bailar para la audición -dijo Vanesa-.

- No, es una canción lenta, no es para bailar -dijo Ale rápidamente-.

- Emma... -me dijo Vane esperando una respuesta-.

- Yo estoy con Ale, es una para cantar no para bailar y no quiero que alguno de nosotros la carguemos por ese baile.

Valió la penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora